Fallen Desire ₪

Los sonidos nocturnos de los bosques inundaban aquellos árboles que, ya cuando la noche había caído sobre ellos, conversaban animadamente ante la escasa presencia de humanos, y todos los murmullos pasaban por la mente de la semielfa, quien los escuchaba lejanamente, sin llegar a entender la mayoría de ellos, mientras observaba fijamente la hoguera que había hecho, apoyada en un fuerte roble. Tiempo hacía desde que había llegado a aquel bosque, y todavía no había salido de él, pero no porque no supiera cómo, ya que podía ayudarse de los árboles para encontrar un camino que le llevara a algún pueblo, si no porque no quería alejarse de sus únicos y fieles aliados; el viento y la naturaleza. Siempre habían estado con ella, y jamás la habían engañado, por lo que no le gustaba abandonar el salvaje refugio que estos le aportaban. Y aún así, existía un motivo más por el que alargaba su estancia.

Había sentido una extraña llamada entre los rumores de los viejos robles, una llamada que superaba la voz de la naturaleza, y que la llamaba desde algún sitio, pero no conseguía hallarla. ¿Se estaba volviendo loca después de tantos años? ¿O alguien la estaba llamando desde algún lugar? Dejó escapar un suspiro, parpadeando rápidamente y desviando la mirada hacia la oscura arboleda, abrazándose a si misma bajo la piel que había conseguido hacía unos días después de varias horas de exhausta caza.─ Qué es todo esto... Igual si me estoy volviendo loca y son imaginaciones mías.─ pensó en voz alta, cerrando los ojos y volviendo a suspirar, escuchando como el fuego quemaba la madera y cómo las llamas danzaban detrás de sus párpados. No pensaba que estuviera volviéndose loca, si no que quería creer que era él, que era de Loki la voz que había oido. Pero no le entraba en la cabeza que un Dios se interesara por una simple mortal.

Pero entonces, abrió los ojos al escuchar un rápido movimiento no muy lejos de su campamento improvisado, incorporándose rápidamente y cogiendo el arco que descansaba junto a ella, cargando una flecha rápidamente y apuntando en todas direcciones de forma insistente, buscando al posible hostil que no andaba muy lejos. Esta vez no podía preguntar quien andaba ahí, no sólo por el hecho de que al tratarse de noche cerrada pudiera cualquier cosa que no dudara en atacarla si delataba su posición diciendo la mínima palabra, por lo que guardó silencio, entrecerrando los ojos para intentar ver mejor en la oscuridad que se extendía fuera del alcance del fuego.

No percibió nada por unos instantes, pero no podía evitar mover nerviosamente sus orejas puntiagudas en busca de algún sonido hacia su alrededor, pero repentinamente localizó algo, y no fue su agudizado oído si no su vista. Posó sus ojos sobre aquel resplandor azulado que se movía entre los árboles, llevando el arco en aquella dirección y tensando la cuerda sin llegar a disparar, mirando fijamente a aquel ser. ¿Qué demonios era aquel resplandor? Podía ser algún ser mágico, o una proyección, pero no tenía ni idea pues nunca había visto algo parecido... Nunca había salido de los bosques, asique poca magia conocía que no fuera la de la naturaleza.─ Quien va.─ dijo finalmente, reconociendo después una segunda figura de un hombre, por lo que parecía.─ Muéstrate o no dudaré en disparar.─ añadió rápidamente, arrugando un poco la nariz y entrecerrando los ojos para ver mejor entre las sombrías ramas.

Ahn'ri no estaba segura de que aquel hombre fuera un hostil, aliado, o simplemente estuviera de paso, pero fuera lo que fuera no podía permitir que se acercara a ella. Ya no sólo por como era su personalidad desde hacía mucho tiempo, si no porque detestaba que la sorprendieran por la noche en los bosques, en unos bosques que ella consideraba su hogar, y por tanto aquellas apariciones repentinas las consideraba como una intrusión en un lugar privado para ella. A pesar de que se encontrara a campo abierto, claro. Soltó un suspiro exasperado, alzando el arco finalmente y retrocediendo un paso, colocándose firmemente en una posición de tiro cómoda, dispuesta a disparar. Si no recibía una respuesta clara y concisa de quien era ese tipo y que quería... No iba a dudar ni un sólo segundo en si debía disparar. No iba a flaquear, fuera quien fuera... O por lo menos eso pensaba ella, pues aún no sabía a quien se ''enfrentaba''.

Apretó los dientes, no le gustaba ni un pelo aquello, ya que la simple presencia de la figura azulada decía que había alguien más cerca, pero no había divisado ni dectectado nada de momento, y eso le erizaba toda la piel. Mantuvo el arco en alto, ya casi con ganas de disparar de una vez la flecha en la dirección que apuntaba, pero no podía permitirse gastar una flecha con aquella simple ilusión si lo era, por si le atacaban desde algún otro ángulo, por lo que era más provechoso esperar a que apareciera algo más tangible. Su rostro se convirtió en una máscara de seriedad con cada metro que avanzaba la figura, sin quitarle el ojo de encima y casi lanzando miradas a ambos lados de forma nerviosa.─ Dónde demonios estás, muéstrate.─ pensó para si misma, soltando una maldición en élfico casi de forma inconsciente.

Entonces, cuando la figura se acercó al fuego y pudo contemplarla con más detenimiento y claridad, Ahn'ri no pudo evitar arrugar por completo la nariz, entrecerrando los ojos a la vez que destensaba inconscientemente el arco.─ No puede ser...─ susurró en voz baja, dudando durante unos instantes de lo que veía. Aquella ilusión, aunque burda, parecía la viva imagen de un hombre de cabellos oscuros, peinados hacia atrás, y que a Ahn'ri le sonaba de haber visto en distintos glifos y muros de templos. Y todos estaban dirigidos a la misma persona. Al mismo dios. Abrió rápidamente los ojos, notando un escalofrío por su espalda nada más sintió un pequeño roce en su espalda, pero no se movió lo más mínimo.─ Tiene que ser una broma.─ dijo en voz alta, sabiendo que había alguien detrás suyo, o por lo menos cerca de ella. Dejó escapar una amarga carcajada, lanzando una mirada a su espalda sin llegar a ver nada.─ Mierda...─ añadió finalmente, apretando los dientes otra vez. Si de verdad estaba en lo cierto, estaba metida en un lío bastante grande.

Aquella siseante voz llegó hasta los oidos de la semielfa, quien no pudo evitar que un nuevo estremecimiento recorriera su espalda mientras el filo de la lanza danzaba sobre su piel. No podía creer lo que su mente quería decirle, pero todo aquello apuntaba a que si era Loki, pues quién si no otro podía crear una ilusión mágica tan perfecta y, prácticamente, digna de los dioses. Ahn'ri se mordió el labio ligeramente de forma nerviosa, había estado esperando aquel momento durante bastante tiempo, por no decir durante toda su vida, pero nunca lo había imaginado de aquella forma tan desventajosa en la que se encontraba ella.─ No pensaba moverme, estando completamente en desventaja.─ respondió con un tono de voz neutro aunque ligeramente borde, sin siquiera lanzar una nueva mirada a su espalda.

La elfa notó como la saliva descendía lenta y pesadamente por su garganta, como si el aire a su alrededor comenzara a ser más pesado y, el hogareño calor del fuego la agobiara a cada instante que pasaba. Todo aquello se resumía en una cosa; instinto, quien le decía que escapara de aquel sitio y buscara un buen árbol desde el que observar a su objetivo, pues nunca se sabía que esperar del Dios del Engaño. Sus ojos vacilaron ligeramente al lanzar una mirada de reojo a su espalda, sin llegar a girarse.─ Supongo que está en mi naturaleza...─ se encogió ligeramente de hombros al responder.─ Siempre he estado sola, y nunca nadie ha llegado a ser... Un aliado de confianza. Por lo tanto, todo lo que se acerque... Suele ser hostil.─ añadió a su respuesta, volviendo a lanzar una mirada. No podía ver nada sin girarse, por lo que de momento no podía confirmar sus hipótesis, a pesar de que todo indicase que lo era, quería verlo con sus propios ojos. Y sólo había un par de formas para que eso ocurriera.

Que el propio Dios se destapara, o que intentara poner en práctica el plan de su instinto. Y ambas ideas, eran prácticamente imposibles.

Apretó los dientes cuando el fino dolor del corte recorrió su piel como si una fuerte helada, acompañada de los fríos vientos, chocara de frente contra su desnuda espalda, sin darle oportunidad de protegerse del horroroso frío en aquellas estepas navadas de Midgard. Entrecerró ligeramente los ojos, notando como su corazón se aceleraba seguidamente con las suaves amenazas que fluían a través de la boca de aquel dios, si es que estaba en lo cierto con sus sospechas.─ ¿Espiaros? Por favor, esto es mi campamento y estaba descansando. Si alguien podría estar espiando sería vos.─ respondió con una carcajada amarga, arrepintiéndose seguidamente de sus propias palabras. Si creía conocer bien con quien trataba, debía arreglar aquella bordería cuanto antes y de la mejor forma que pudiera.

Dejó escapar un largo suspiro, cerrando los ojos e intentando calmar su pulso ante tan inesperado sobresalto. Una nueva risa surgió ante la pregunta del hombre, pero no llegó a abrir los ojos o volver la mirada.─ En algo tenéis razón, soy una híbrida. Una repudiada por mi pueblo. Una semielfa.─ respondió sin moverse, abriendo lentamente los ojos.─ Pero hace tiempo que el miedo no inunda mi sangre, y en este caso... Es más bien asombro.─ respondió a sus preguntas, lanzando esta vez una ligera mirada hacia su espalda.─ ¿Qué respuestas vais a buscar de una simple semielfa que escapa de cualquier contacto con la humanidad o forma de vida que no sea la naturaleza?─ el sarcasmo deslumbró en aquella pregunta retórica, que no pudo evitar acompañar de una nueva carcajada, ya no sarcástica, pero si llena del espíritu que siempre acompañaba a la mujer. No deseaba morir en aquel momento, pero no tenía otra respuesta que darle.

Aunque de una cosa estaba segura. No podría luchar contra él, ya no sólo porque posiblemente fuera un dios como ella llevaba pensando desde hace rato, si no porque si era quien creía... No es que buscase que el primer encuentro fuera bélico. Después de tanto tiempo buscándole, si realmente era él, prefería algo más... relajado.