Mitos y leyendas. Episodio 1 Temporada 1

Esta es una de las tantas veces que mi hermano... mi querido hermano... se metió en problemas y yo he tenido que ir a rescatarle...

Si bien hoy por hoy, Thor, es un Dios un poco más responsable, no siempre lo fue. Aclaro, un poco más responsable, tampoco hay que exagerar en lo que se dice. Pero sin irme demasiado de tema, recuerdo aquella vez que eramos jóvenes y las cosas eran más sencillas, los días donde era algo normal escuchar a nuestro padre preguntar por Thor y donde tenía que salir yo a inventar excusas ya que mi querido hermano se escapaba a tierra de gigantes a luchar y hacerse de enemigos. Cuanto le encantaba a él ser el héroe de los libros de cuentos y volver con anécdotas que terminaba contándome en las afueras del palacio, él a los pies del roble y yo sentado en las ramas del muérdago, el mismo muérdago que era mi amigo y que terminó con la vida de mi otro hermano... pero eso es tema a parte.

Esa noche mi hermano apareció en el palacio más turbado de lo normal, aún no se nos consideraba adultos pero la adolescencia ya nos estaba abandonando, él evitó a nuestro padre y vino directo a mí tomándome del brazo y casi que arrastrándome a un lugar apartado... Oh hermano, tan sutil como las tormentas que acarrea... pero lo que me contó a continuación llevó mi total sorpresa.

El pelinegro se encontraba inclinado sobre el rubio en una posición de evidente secretismo mientras con su ceño fruncido examinaba el rostro de su hermano. Observó a su alrededor y musitó en vos baja - Espera, cálmate Thor y cuéntame, pero no aquí. Vamos a la plaza fuera del palacio... - dijo tomándole de la muñeca y guiándolo fuera del palacio y de los oídos de los guardias que ya les observaban con curiosidad, más por la actitud de ambos jóvenes que por lo que realmente estaban diciendo.

Recorrieron los largos pasillos del hermoso palacio del Dios padre de todos casi al trote, el cielo se comenzaba a teñir de los negros más profundos salpicados de constelaciones y cúmul0s de estrellas de otras galaxias que se podían llegar a ver desde el cielo Asgardiano, ya solo las antorchas de los costados del pasillo iluminaban su camino. El pelinegro de cabello corto apenas sobrepasando su nuca, llevaba un casco liviano con dos grande cuernos en dorado pero sus vestimentas eran sencillas, apenas unos pantalones verdes y camisa de mismo tono con botas marrones así como su capa y cinturón, algunas piezas de armadura cubrían su antebrazo y hombros pero estas últimas eran cubiertas por una capa más corta de piel marrón. Sus ojos esmeralda se notaban preocupado mientras arrastraban a su hermano de ojos celestes. La escena podría parecer graciosa puesto que el rubio le duplicaba en tamaño de cuerpo siendo mucho más musculoso ya mostrando en su joven adultes que sería un adulto extremadamente fuerte. En cambio el pelinegro, si bien era tan alto como su hermano, se veía delgado y más inclinado a sus estudios y las artes arcanas.

En el exterior no había casi gente así que pudieron acercarse a una fuente donde varias aves blancas se posaban a beber antes de irse a sus nidos a dormir. El pelinegro soltó a su hermano y le miró con sus manos apoyadas en sus costados de manera acusadora - Ahora sí... ¿Cómo es eso que perdiste tu martillo? -

Eran épocas agitadas. Prácticamente no existían las pausas entre uno y otro percance, la fortuna jamás extendía su mano a Thor, y se sumaba a aquello que ninguna escapada debía ser de conocimiento de Odín, quien reprocharía con severidad hasta la más mínima visita de caza a mundos vecinos que no contase con su permiso. Thor reaparecía apenas ahora de una ausencia particularmente larga, cargando consigo dos días y tres jornadas de escaso denscanso, una capa ennegrecida a quemaduras, la armadura ligera en el lado errado del pecho y pocas ganas de volver a salir tan pronto, aunque estuviese mucho más calmo y hasta animado de lo que debiese estar.

Encogiéndose de hombros se dejó guiar por su hermano, trastabillando ligeramente sobre pasos torpes, su vista en cualquier parte menos en el camino. Con ligeros gestos de la cabeza y uno que otro exagerado gesto de mano saludaba a guardias particularmente familiares y dioses con quienes tuviese trato cordial, en apariencia contento con el sólo hecho de verse de regreso en casa. Al ser guiado a la fuente siguió la tácita órden del otro y tomó asiento al borde de ésta, hundiendo sin tapujos una mano en el agua para mojar su melena y cuello, refrescándose. - No es necesario que me hables como mamá, Loki. - Sonrió, mirando con humor la pose que el otro automáticamente tomaba para reprocharle antes de continuar. - Sabes... te equivocaste un tanto, sobre lo del gigante Geirrod. Todo ha resultado bien, al fin y al cabo, pero... - Se aclaró la garganta, gesticulando levemente con sus manos al encontrar las palabras que deseaba decir. - No fue buena idea ir sin Mjolnir. De algún modo, Geirrod lo sabía. ¡He tenido que luchar contra un gigante con mis manos desnudas! Pero debo decir, hermano, que no son todos tan viles como él, una mujer de los gigantes me acogió en su hogar y me dio incluso los medios para enfrentar a ese... ¡a ese villano! ¡Marché hasta él sin más que un cinturón y un par de guantes, y--! - Su brillante sonrisa y ruidosa narración fueron interrumpidas al tomar una segunda a mirada a Loki, y decidir que aquello podía esperar.

Carraspeó nuevamente, intentando borrar de su rostro la satisfacción de la victoria. - ...le derroté sin necesidad del martillo, sí. La prueba está en que pude volver a casa. Pero cuando le busqué, Mjolnir no estaba. - Dijo, sin moelstarse demasiado en bajar su voz. Aunque veía a Loki fijarse recelosamente en su entorno, a Thor le parecía contar con la suficiente privacidad. - He recibido mensaje del gigante Þrymr, de algún modo ha tomado a Mjolnir mientras yo no estaba aquí... y solo piensa devolverlo bajo condiciones muy precisas. - Con más tranquilidad de la que debía realmente tener alzó la vista al pelinegro. - ¿Deberíamos decirle a Padre...?

Se molestaba un poco que Thor se tomase todo a la ligera, que no viese el verdadero peligro de lo que ocurría pero por otro lado sentía una gran satisfacción verle volver aventura a aventura victorioso... o a veces no tanto, igualmente esta vez más que ninguna por que significaba que él mismo estaba libre. Pues por su culpa era que había sido capturado y amenazado con que si no enviaba a Thor sin el martillo se cobrarían con su vida... y bueno, Thor había ido sin cuestionar. Y había vencido... claro... ahora había perdido el martillo. Y Loki se sentía algo responsable de aquel suceso, por eso pasó su mano por su mentón un tanto pensativo.

El entusiasmo que mostraba su hermano comenzando a contar la pelea y sus hazañas como siempre le hicieron mirarle con algo de severidad para centrarlo en el tema que era importante. En ese momento era irrelevante de como se desempeñó en aquella contienda y aventura, no significaba que no le interesara, al contrario, siempre era el pelinegro el primero en sentarse a escuchar a su hermano o incluso en compartir algunas aventuras. Como la que ya sospechaba que se vendría.

Su interés se retomó cuando le informó del gigante que le había robado su martillo... más aún cuando colocó condiciones. Negó con la cabeza inmediatamente cuando Thor mencionó la posibilidad de mencionarselo a Odín. No, no, no, bajo ningún motivo, o podría llegar a descubrir que Thor había abandonado su martillo por petición de Loki y ahí si estaría en problemas graves. Aún tenía posibilidades de salir impune de esto.

- ¿Condiciones? ¿Cuáles son esas condiciones? No es necesario molestar a papá que está muy ocupado con estas cosas. Primero veamos si podemos solucionar esto. Sabes que está cercano a su sueño y no sería bueno preocuparle. - dijo tranquilo y casual sin mostrar demasiada preocupación para confiar un poco más al rubio... aunque no lo necesitaba realmente, si Thor era algo... sería confiado... a parte de bruto, pensó el Dios del Engaño como brote adicional.

Aunque Geirrod ciertamente no había parecido creer en la posibilidad de ser derrotado hasta verse de rodillas frente al hijo de Odín y se escudaba en el haber tenido el conocimiento de que su rival aparecería desarmado, jamás había explicado por qué sabía tal cosa. Thor sabía apenas que Geirrod había ofendido de algún modo a Loki, quien le había enviado a él a derrotarle, alegando que no hacía falta molestarse en armarse ante un gigante tan débil. Ni siquiera entonces había pedido explicaciones, ni atinaba ahora a llenar el espacio faltante en la historia; aquella que traía le interesaba mucho más. - ¡El punto es que lo logré! -...y, quizás, un tanto de reconocimiento por parte de su hermano. Le sonrió despreocupadamente, en un intento de relajarle. - Justo como lo predijiste, ¿no? -

No veá muy posible que consiguiese siquiera una palmada en el hombro a estas alturas, de todos modos, por lo que se conformó con escuchar al otro, aún hundiendo su mano en el agua de la fuente y salpicándosela encima. Los dedos de ambas manos mostraban quemaduras leves, así como el lado desprotegido de su pecho, a través de la tela chamuscada. Realmente necesitaba darse un baño. - Supongo... sería más fácil, pero... - Pensó en la posible reacción de su padre. Fuese o no severa, perdería un tanto de su confianza en él, como perdería Thor un tanto de su imagen como guerrero. Era un rotundo no.

Mientras se alzaba para encaminarse dentro se despojaba de los nuevos y ya ennegrecidos guantes, asumiendo que Loki le seguiría. Tenía claro ya que no debía pasar a la vista de su padre, pero necesitaba desesperdamente un baño y quizás (realmente, quizás) un cambio de ropa. - Þrymr desea un matrimonio. Y tiene sus ojos puesto sobre Lady Freyja. Si se la presentamos como esposa, regresará a Mjolnir. - explicó. - Pero creo que ya está desposada, o algo tiene con Frey, su hermano. Jamás accedería.

Él mismo no veía grandes posibilidades de disuadir a Þrymr, mas era usualmente Loki quien sugería encontrar soluciones por cuenta propia, entre ambos, y solía ser el mismo Loki quien las presentaba después, por lo que dejaba aquella parte a criterio del nuevo hechicero. Por lo pronto, él se dirigió a su cuarto de baño, donde le esperaba ya una bañera de agua tibia para aliviarle del viaje. - Avísame si le encuentras una novia a Þrymr, y quizás podamos hacer algo. -

Asintió pero no era momento para felicitarle, ya después podrían festejar una victoria como correspondía. Igualmente le sonrió de lado a modo aprobatorio pero casi imperceptible mirando sus heridas, su ropa quemada y su piel lastimada, como se echaba agua y como la suciedad de su piel parecía condensarse con el líquido. No comprendía como Thor podía estar tan cómodo con tanta suciedad encima... Ante el último intento de Thor en obtener una aprobación sonrió con confianza. - Claro, ¿alguna vez he fallado alguna de mis predicciones? Las llamas lo dijeron y hasta te lo mostré, como él caería a tus pies. - aclaró para darle confianza en sus palabras y acciones.

Efectivamente siguió a su hermano cuando este empezó a caminar, recogiendo la ropa que él iba tirando en el camino mientras lo escuchaba hablar, sus pasos se hacían largos y algo rápidos cayendo en un ligero trote cada tanto, los pasos de su hermano eran muy decididos y el hechicero andaba más preocupado por bajar la voz al hablar y encontrarse con los guardias que como siempre ignoraba como si fuesen una columna más. - ¿Lady Freya? Eso es imposible, está casada con Frey. No podemos entregarla a ella... quizás podríamos disuadirlo. - dijo pensando en voz alta entrando al baño con su hermano y dejando los guantes quemados en el piso junto a la piscina termal que estaba en el centro de la habitación dispuesta con sirvientes que se acercaron a ayudarlos a quitarse las ropas y a ofrecerles copas enjoyadas de vino.

Loki miró a uno de los sirvientes y con un gesto le llamó para que le ayudase a él también a quitarse la ropa y acompañar a su hermano en el baño mientras seguían hablando. - Si Lady Freya no es una posibilidad tendremos que encontrar una sustituta, alguien que Þrymr no pueda rechazar... - despojando de su capa y de sus botas se quitó los guantes y la tiara que se ajustaba a su cabeza con los cuernos dejando que su cabello negro se despeinase un poco, algo corto apenas llegando a su nuca. Si bien su cuerpo era más delgado que el de Thor lo tenía marcado por el entrenamiento que Thor prácticamente le obligaba a hacer en sus juegos. Ingresó al agua caliente despacio emitiendo un leve quejido al pasar esta su cadera costándole un poco acostumbrarse hasta que finalmente se sentó con el agua a la mitad del pecho.

Esperó por su hermano antes de volver a hablar - Yo podría convencerlo de que otra mujer es más hermosa y virtuosa que Freya, no sería problema... Él tema es cual... y también de que tu tendrías que ir, para recuperar el martillo y... - sonrió alzando su dedo - No tiene que haber boda, si tu entregas a la mujer y te da el martillo puedes volver a vencerlo y regresar a casa. Sin boda padre no se enojaría... - Buscó con su mirada la expresión de su hermano esperando alguna reacción a su temprano plan.

Sin preocuparse demasiado de a dónde iban a parar sus pertenencias, pues asumía que los sirvientes las dispondrían para él luego, permitió que le despojasen de las capas de vestimenta que llevaba. Las piezas de armadura como los guantes, protector de pecho y hombreras hacían un leve ruido metálico al ser puestas sobre el suelo, aún depositando con cuidado su peso, pues Thor tenía la idea de que el peso de la armadura se relacionaba directamente con su utilidad. Le siguieronlas botas y cinturón igualmente pesados, así como las dos capas de túncia para la estadía prolongada en el reino frígido y el pantalón revestido de cuero en partes. Tomó con impaciencia casi infantil la copa de vino que se le ofrecía, y con un gesto mínimo de la cabeza como cortesía se apresuró a empinarla para beber a tragos largos.

No caían en oídos sordos las palabras de Loki, aunque bien pudiese parecerlo. Simplemente le dejaba espacio para pensar, pues sabía que era particularmente sensible respecto a ser distraído de un hilo de pensamiento importante. Bajó la copa un momento para beber de a sorbos mientras hablaba. - Diré, entre tú y yo, que realmente cuestiono los gustos de los gigantes. No es que no Freyja no sea hermosa ni falte en virtud, pero, ¿qué uso tienen para una mujer tan pequeña en comparación? - Dijo, bajando el último sorbo. - Aunque si alguien puede convencer a uno de-- ¡OTRO! - La copa fue a parar de golpe al suelo, aventada con un efusivo grito, tras el cual Thor prosiguió con naturalidad. - Si alguien fuese a convencer a uno de a qué esposa elegir, confío en tu habilidad con las palabras para ello, mi hermano de lengua afilada. - Rió levemente; Loki tenía ya fama tanto de cautivar con un discurso como de invocar la mayor ira de los dioses con una transgiversión de palabras bien jugada.

Enseguida entró en la bañera, emitiendo un leve quejido al hundirse de una vez en el agua caliente, sin acostumbrarse de a poco como el otro. Todavía sentía un tanto del frío de aquel mundo de gigantes aferrarse a su piel, la impresión de que llevaba aún heladas las puntas de los oídos, y el agua cálida era un alivio bien recibido mientras esperaba que el vino le ayudase con ello. Aunque fuese ya más alto que gran parte de los dioses de Asgard y su complexión y musculatura le hiciesen parecer un guerrero más experimentado en lugar de simplemente un novato demasiado enérgico, aún regresaba de cada campaña con una cantidad preocupante de rasguños, cortes y magulladuras. Esta vez era su pecho el más dañado, mostrando entre marcas varias una horizontal y alargada, un corte demasiado limpio como para no curar rápido.

- Pocas doncellas se prestarían a ésto. Aunque sea un falso matrimonio, si es con un gigante de hielo... - Sentado en el lado opuesto a su hermano miró el contenido de su segunda copa con una expresión pensativa que era más bien una mueca. Bebió como si al dejar de observar el vino dejase de darle vueltas al asunto y apuntó con la copa al pelinegro. - ¿Sabes qué? Deberías predecir cual será la doncella que Þrymr querrá desposar. Eso hará las cosas más fáciles. Después de todo, bien has dicho que es no puede fallar. -

Saliendo del agua y goteando en ello sobre el suelo de todo el cuarto de baño, ganándose algunas miradas molestas de las sirvientas, tomó de donde habían sido dejados sus objetos personales el corto báculo que Loki llevaba consigo como herramienta mágica y lo trajo de regreso, sentándose esta vez junto a su hermano y denotando más aún la diferencia entre ambos, pues la contextura delgada del pelinegro parecía más esbelta aún junto a su hermano. - Aunque me ha asaltado una duda, al ver tus reuniones matutinas con Padre y sus camaradas. - Con un brazo alrededor de sus hombros le manipuló fácilmente para voltearle hacia sí, entregándole el báculo. - ¿Por qué en el futuro de ellos solo se han mostrado mujeres danzando, en lugar de las batallas que seguramente librarán? -

Se acomodó en el agua hundiéndose un poco más dejando que el agua llegase hasta por encima del nivel de su cuello, se dejaba relajar con el calor del baño y entrecerró sus ojos mientras pensaba solo observando de reojo a su hermano como lanzaba la copa, como era costumbre, para pedir otra bebida mirando al sirviente que se apresuraba a recogerla y limpiar. Su sonrisa aumentó y moviendo sus dedos atrajo el charco de vino hacia él evadiendo el paño que el siervo utilizaba para limpiar. Gateando siguió el charco a pesar que el Dios del Engaño lo moviese cada vez más lejos pero al apoyar su rodilla donde había caído el charco en primer lugar pudo sentir la humedad dándose cuenta que solo era solo una ilusión que el charco no estaba allí. Se levantó mirando su túnica blanca con la mancha violeta. El pelinegro rió entre dientes bajo la mirada silenciosa y molesta del siervo pero duró poco ya que sonrió al ver que Thor ingresaba a la bañera de manera tan brusca que generó una ola que mojó por completo al otro dejando su cabello completamente pegado a su rostro y la indignación plasmada en su rostro borrando por completo su sonrisa. - Ten cuidado Thor. -

Se peinó hacia atrás con sus dedos levantándose un poco hasta que el nivel del agua llegó a su pecho viendo que era peligroso estar tan bajo, así mismo miró el pecho de su hermano, todas sus heridas y quemaduras, realmente era muy descuidado, todo una bestia en lo que era la pelea cuerpo a cuerpo. Suspiró mientras le escuchaba y asintió repetidas veces tomando la copa de vino caliente que el sirviente le ofrecía en una bandeja con dos de esta llevando la segunda a Thor del otro lado de la bañera - La doncella es lo de menos, así como puedo convencer al gigante, puedo convencer a la doncella. Lady Sif es bastante hermosa y es tu amiga, seguro te acompaña en la aventura~ - dijo con una sonrisa algo afilada inclinando su rostro hacia adelante sin ocultar aquel gesto de celos y mezquindad que le sacaban los recuerdos de su hermano entrenando con la doncella de cabellos oro. Mataría dos pájaros de un tiro, recuperaría Mjornir, sabotearía el plan y dejaría que Lady Sif se casara con el gigante y se desharía de ella condenandola a una vida eterna de infidelidad.

Pestañeó un poco confundido al ver a su hermano salir de la bañera y traer su báculo notó la mirada de las sirvientas que enseguida se pusieron a secar el reguero que dejaba el rubio. Se corrió un poco para dejarle espacio pero enseguida fue imposible ya que el brazo de su hermano pasó por sus hombro poniéndole delante su báculo mientras lo movía a su gusto haciéndolo girar hacia él sin dejarlo apartarse. Tomó el báculo observando la gema verde que poseía en la punta, con ese entrenaba aunque no lo precisaba exactamente para sus ilusiones e el fuego, se estaba especializando en utilizar su magia ilusoria sin ayudas externas, aunque aún no la controlaba del todo bien. - No funciona como una ventana al futuro Thor. Solo predice el desenlace de situaciones concretas. - dijo como excusa quedándose junto a su hermano mirando de cerca ahora sus manos quemadas así como su pecho y su herida transversal. - Padre y sus compañeros buscan ver la parte de su futuro que desean, que disfrutan de ver, sabes que padre y sus compañeros son Dioses viejos, ya oxidados para las batallas. Solo quieren los vicios y servicios de las mujeres para completarse. Ya se probaron como hombres y ahora solo se dejan estar... espero que no termines como ellos, hermano... - dijo bajando un poco la mirada y dirigiéndola a las antorchas apagadas, pues era día y el cielo Asgardiano iluminaba el lugar.

Distraído como siempre, no reparó en los gestos de la mano de Loki bajo el agua, sino que solo notó a su tiempo al sirviente manchar su rodilla. Más que acostumbrado a ésto, no tardó en conectar los puntos, absteniéndose de reír en voz alta. Simplemente apuntó su dedo índice a su hermano y sacudió la cabeza en un gesto que habría sido reprobatorio si no hubiese estado sonriendo tanto.

Verdaderamente, la imagen que Loki proyectaba entre los Aesir, su identidad entre familiares y cercanos, y el Loki que Thor conocía parecían entidades drásticamente diferentes. El reconocimiento que el pelinegro recibía entre los sirvientes era más bien infamia, pues no eran pocas ni pequeñas las molestias que les causaba; Thor, sin embargo, no parecía ver en su comportamiento más que inocentes trucos de los cuales se mantenía cómplice y público satisfecho. Sólo se irritaba con sus gracias cuando éstas eran dirigidas a él, mas no llegaba jamás a albergar ningún tipo de desdeño por su hermano menor. Los conocimientos que adquiría últimamente, nuevos cada vez que el rubio le veía, le cautivaban como a ningún otro, y las virtudes que la mayoría de los Aesir consideraban nulas en el hechicero eran reconocidas por Thor, quien al volver a casa de sus campañas continuaba buscándole antes de visitar incluso a su padre.

No habían vacíos, brechas ni interrupciones en su compañerismo, al menos a los ojos de Thor. Ni siquiera la mención entre dientes de su buena relación con la doncella Sif rompió su superficial impresión de que todo marchaba perfectamente. Al oírle, asintió vagamente, distrayendo sus pensamientos en uno que otro recuerdo, una que otra consideración de cómo podría culminar aquello si lo intentaba. Entretando sorbía su vino y se hundía a su gusto en el agua cálida, su mirada un tanto ausente, apartada por un momento de Loki auqnue su brazo permanecía apoyado al borde de la bañera tras él.

- Hm... no. Creo que tendrás que predecir lo que sucedería si vamos solo nosotros a enfrentarle, hermano. - Negó levemente con la cabeza, apurando el vino tibio para dejar la copa de lado, sin gestos estruendosos ahora, pues no deseaba repetir. Se irguió un tanto en su sitio. - No podría pedírselo a Sif. Estoy casi seguro de la respuesta, si fuese a sugerirle ser deposada por un gigante de hielo, aún en broma... - Se giró discretamente hacia su hermano, apartando su brazo del borde de la bañera para cernirlo con sigilo cerca de la piel ajena. - Me diría... - Sonrió de medio lado. - ¡Ésto! -

Y, aprovechando que la vista de Loki estaba dirigida en otra dirección, le atrapó con un solo brazo por la cintura, atrayéndole hacia sí mientras él mismo se dejaba caer de espaldas al agua, hundiéndoles a ambos bajo la superficie. Su risa se mostró sólo como una serie de burbujas sobre el agua, aunque no había pasado desapercibido frente a los sirvientes el tan usual juego de mano, causando que algunos blanqueasen ya los ojos y otros escondiesen sonrisas leves. Bajo el agua Thor intentaba girarse para mantener confuso al menor, a fin de que no lograse contraatacar.

Más preocupado por mirar algún fuego que le fuese a servir escuchaba vagamente a su hermano hablar de su amiga de cabellos oro. Llevó la copa a sus labios bebiendo un trago del vino caliente mientras observó la gema en la punta de su corto báculo, su pulgar jugó con el relieve de este que imitaba pequeñas raíces del árbol de la vida y que sus ramas envolvían la gema que comenzó a brillar ligeramente. Detestaba escucharle hablar de aquella mujer con la que últimamente compartía tanto tiempo juntos dejándolo a él solo entrenando en uno de los templos con una tutora del lugar, se sentía algo dejado de lado últimamente y el resentimiento hacia esa mujer no decrecía al escucharle hablar. Hubiese sido bueno que ella aceptase así podría deshacerse de ella...

Su mirada se suavizó cuando pensó en la posibilidad, deshacerse de alguien, matarlo... la esencia más pura de la palabra... ¿Sería capas si tenía la posibilidad? Si realmente se le presentase la posibilidad de sacar del camino a Sif... sin consecuencias... ¿podría hacerlo? Su mente se quedó varada en esa posibilidad por lo que no notó la mano que se colaba por su costado hasta que fue demasiado tarde y el agarre fue inminente.

Intentó en desesperación sujetarse del borde de la bañera pero solo logró tirar el báculo en el borde el cual rodó nuevamente dentro y la copa se perdió en el agua dejando por unos momentos una mancha rojiza que se terminó por mezclar con los chapoteos del menor que se perdió bajo la superficie. Contuvo la respiración e intentó sujetar a Thor a su espalda o de tomarle de los cabellos pero este le hizo girar bajo el agua sin lograr asirse de algo firme. Intentó llamar por su nombre en berrinche pero solo logró que unas burbujas salieran de su boca y tragar algo de agua. Se removió sujetando los brazos de Thor pero estos parecían más dos grilletes de acero en torno a su cuerpo, volvió a intentar gritarle pero solo logró tragar otra cantidad de agua. Separó una pierna y certeramente le propinó un talonazo en la espinilla buscando que le liberase.

En aquellos días no había momento de descuido en Loki que Thor no aprovechase, no quedaba suficientemente exhausto durante los entrenamientos y los Einherjar encargados de aquello se hastiaban de él fácilmente. Le restaba, entonces, sorprender a quien pudiese y tuviese al alcanze: usualmente Loki. Respetaba la altísima santidad de las horas de sueño y de comida (¡odiaría que le molestasen a media cena!) pero la bañera, hasta donde sabía, seguía siendo terreno libre.

No bastaba con solo haberle atrapado, no, el agitar de los brazos de Loki le causaba más risa, y más aún cómo le llenaba de burbujas al intentar llamarle. Pese a ello sus brazos se mantenían completamente firmes en torno al menor, dando un segundo giro para ponerse nuevamente él por debajo, su espalda contra el fondo de la bañera. Entonces, al mismo tiempo que Loki conseguía patearle, el báculo que rodaba desde borde hasta caer dentro golpeó su cabeza sin que el agua frenase por completo su peso, y entre golpe y golpe, entre risa y risa que le hacía faltar el aire, Thor tuvo que soltarle. De inmediato se estiró para salir a la superficie, quedando con la mitad del pecho fuera pese a estar en la parte honda del nivel del agua, con el cabello empapado y las manos puestas frente a sí defensivamente. - No te enojes, no te enojes, no te enojes... - Dijo, aunque su amplia sonrisa delataba su falta de verdadera culpa. Extraña era la forma en que se defendía y se apartaba de alguien de menor tamaño, pero no subestimaba las habilidades de su hermano. - Fue una victoria justa, te atrapé distraído y... y no te enojes. -

Frotó levemente el lado de su cabeza donde algo le había golpeado. Anticipándose a tener que pedir su perdón con más que simples palabras, miró a su alrededor en busca de aquel báculo perdido, escudriñándolo apenas al tantear su posición con sus piés en el fondo de la bañera. Enseguida se hundió nuevamente, recogiéndolo así como a la copa que había caído dentro, para salir del lado menos profundo, donde el agua no le cubría apropiadamente si no se sentaba en el escalón dónde habían estado antes. Al salir por segunda vez a superficie peinó su cabello hacia atrás, imitando la manera en que el otro usualmente lo hacía, solo de un modo menos prolijo y dejando varios mechones fuera de lugar.

- ¡Volved a llenar ésto! ¡Y traed fuego! Mi hermano querrá secarse a gusto. - Indicó a los sirvientes, dejando la copa al borde para que fuese recogida. Enseguida estiró a Loki su báculo, con la cabeza gacha en una petición tácita de perdón, pues no pronunciaría tales palabras en voz alta. Su cabello goteaba y los sirvientes resoplaban a los problemas que causaba, pues nuevamente tenían que secar el regadero que dejaba fuera, pero Thor parecía inconcebiblemente contento consigo mismo. - ¿Aún harás la predicción para mi? -

Nuevamente un giro y sintió su espalda la dureza del fondo de la bañera, abrió sus ojos mirando cara a cara a su hermano y gritó dándole con su último aliento una bocanadas de burbujas en la cara al volver a gritar su nombre en protesta por las acciones bruscas del mayor. Volvió a aferrarse a sus hombros y al ser soltado manoteó con fuerza para salir a la superficie. Era apenas un poco más bajo que Thor por lo que al levantarse quedó también con el agua por el pecho tosiendo y escupiendo agua mirándole con sumo enojo en sus ojos esmeraldas. La tos no le dejaba modular palabra pero se sostenía el pecho y señalaba a Thor como si aquellos sonidos fuesen crueles amenazas. Sus cabellos negros caían sobre su rostro y se apegaban al mismo molestandole probablemente más que las acciones de su hermano.

Tiró sus cabellos hacia atrás y despejó su rostro tomando aire para poder hablar, aunque solo volvió a toser y soltar un ligero eructo por el agua consumida. Carraspeó y miró el báculo que era ofrecido quitándoselo de las manos de un rápido movimiento y mirándole con reproche. Miró el báculo en su mano y a su hermano inclinado y con una sonrisa descargó un golpe en su cabeza, por más que empleó fuerza considerable sabía que ni el báculo ni la cabeza de su hermano se romperían. El sonido hizo un ligero eco en el lugar y el hechicero se acercó al borde pero solo hasta que el agua cubría sus partes nobles, a diferentemente de su hermano no era un fanático nudista que se paseaba por cualquier lado con sus joyas colgando.

Sentándose en el escalón nuevamente esperó que encendiesen el fuego central para secarse y que le trajesen otra copa de vino caliente, por mientras solo miró con recelo al mayor - Te admito una victoria, aunque deshonrosa por atacarme por la espalda. - dictó volviendo a acomodar su cabello para dejarlo prolijamente hacia atrás. - Barajaremos varias posibilidades y haremos algunas predicciones, pero dado lo difuso de la contienda no sé si serán completamente acertadas, esto no es tan sencillo como una batalla, hermano. Quiero que lo entiendas. - dijo cubriendo así su espalda de las falsas predicciones.

Los sirvientes trajeron en la bandeja una segunda copa de vino al pelinegro el cual la tomó bebiendo algunos tragos para pasar la rasposidad de su garganta pero sin perder de vista al rubio por encima de la copa. A veces olvidaba aquel juego que el mismo rubio había inventado y que imponía al otro contra su voluntad. Eran pocas... demasiado pocas las ocasiones que Loki podría atraparle y siempre era en trampas mágicas que terminaban en bromas un tanto pesadas y hacían enojar al rubio. Observó por un segundo como el fuego nacía a manos de los sirvientes y como se le acercaban con telas para que se cubriesen de las corrientes de aire. Aunque no lo necesitaba por mero pudor el pelinegro siempre se cubría pero él nunca había sentido esa sensación de frío que a veces los compañeros de su padre, su padre o incluso Thor, a veces se quejaban de algún momento del clima.

- ¡Auch! ¡Hermano! - Confiado en que a Loki le preocupaba tanto más el enredo de su cabello que cobrarle venganza por el ataque sorpresa, fue sorprendindo él mismo con el golpe sólido del báculo en su cabeza. Segundo golpe de un mismo objeto en un solo día. Tuvo, al menos, el tacto como para no seguir riendo frente a él, aunque verle goteando por todos lados, molesto y escupiendo agua era lo suficientemente cómico. Intentando apaciguar los afanes vengativos de Loki volvió a inclinarse, exagerando el gesto al posar su mano izquiera sobre el lado derecho de su pecho, donde estaría su corazón. - Estamos a mano, ¿eh? Esta ronda se acabó. -

Solo dio un corto asentimiento para indicar que entendía, pues no necesitaba saber mucho de la parte teórica para solo ir, preguntar y observar lo que sucedería. No parecía muy difícil. Por lo demás, cualquier cautela era vencida por la emoción de verle realizar su más impresionante acto otra vez; no era aún invitado a las reuniones de su padre y, por tanto, no tenía la oportunidad de ver a Loki invocar el fuego todos los días.

Notaba que Loki realmente le vigilaba ahora, por lo que descartó cualquier posibilidad de tomarle por sorpresa. Lucía bastante molesto con él ya, de todos modos. Al alzarse se estremeció ligeramente por la brisa de la tarde y recibió gustoso las telas de manos de los sirvientes, envolviendo una en su cadera y echando la otra sobre sus hombros, a modo de capa corta. Adelantándose a su hermano se acercó al fuego, delatando desde ya su impaciencia, y se sentó junto a éste a frotar un tanto sus muslos con sus manos para deshacerse del ligero frío. Con todo, se asemejaba vagamente a un chiquillo esperando por una función de teatro, ansioso de que se le mostrasen mundos extraños pero nunca ficticios.

- Ven aquí, no estarás enojado, ¿cierto? Acércate. - Le instó, gesticulando al lugar junto a sí alrededor del fuego. Enseguida miró a las llamas con gesto pensativo, hilando en voz baja las ideas que deseaba ver desarrolladas. - Muéstrame... qué pasaría si conseguimos llevar una doncella asgardiana. O qué sucedería si somos solo tú y yo quienes nos dirijamos a Jötunheim, sin novia que ofrecer. Si puedes vernos regresar con el martillo de una u otra forma, estará bien. -

Enseguida se silenció, se enderezó en su sitio y fijó su total atención en el pelinegro, esperando el hechizo. La última vez le había dejado atónito y admirando crecientemente su habilidad, pues una pequeña a inestable miniatura de fuego, un Thor diminuto que crepitaba y se perdía con las pequeñas vestiscas, se había movido al borde de donde ardían los aceites, soltando de su mano al diminuto y cuadrado Mjolnir para dirigirse hacia un modelo más grande de fuego, un gigante al cual el Thor de llamas había vencido sin más que un par de golpes. El espectáculo de marionetas fatídicas era lo que le había empujado a proceder como Loki le indicaba, y ansiaba ver un despliegue todavía más impresionante ahora. En sus ojos se reflejaba a la perfección el rojo y amarillo que veía, haciéndolos brillar con interés.

Se quedó en la bañera unos minutos más mientras su hermano se apresuraba a salir, prefería esperar que el fuego ardiese con más fuerza y ya estuviesen bien altas las llamas para salir. Sin embargo el apuro del mayor le hizo suspirar levantándose y acercándose a la sierva que le envolvió la tela a la cintura dejando que el pelinegro se la ajustase. Le pasaba las rodillas dejando ver unas piernas algo delgadas en comparación con las fuertes piernas de su hermano. No se molestaba con el frío así que solo se acercó al fuego para secarse con solo la tela a su cintura.

Le gustaba como su hermano adoraba aquellos trucos simples, el fuego había sido lo primero que había aprendido a controlar y en combinación de su ilusionismo había logrado dominar llamas verdes que formaba imágenes a su antojo dentro, a suerte de una forma más impresionante de teatro enseguida había captado la atención de su padre y sus compañeros así como la atención de su hermano, el cual, sin comprender la magia podía fácilmente engañarlo diciéndole que podía predecir el futuro en aquellas "visiones".

Al estar al lado del fuego acercó su mano a este y con al báculo rodeó la llama tiñiendola completamente de un tono verde amarillento que enseguida se torno verde fuerte y algo oscuro. Separó sus piernas exagerando un poco su pose y su mano libre entro en las llamas moviéndose y apartándolas como si estas temiesen tocar su piel, cada movimiento de estos trazaba líneas más oscuras en el fuego y más claras formando montañas de llamas. - Fyr vise meg ting. - dijo en vos baja simulando algún hechizo complicado a los ojos de su hermano ya que no precisaba susurrar hechizo alguno para una ilusión tan simple. Su mente en cambio ya pensaba que podría mostrarle. - Si nuestra campaña fuese con una chica Asgardiana que no fuese Lady Freya... - Adelantó un poco su pie y un ligero golpe de su báculo contra el borde del brasero y el fuego se avivó apareciendo entre el paisaje que había dibujado tres siluetas con capas. Pequeñas cenizas que se levantaban desde abajo formaban una ilusión de nieve cayendo con fuerza sobre las tres diminutas figuras, una de ellas tenía un casco con dos cuernos cortos curvados, otro un casco con dos alas pequeñas a los lados y la tercera figura, entre medio de ambos, le ondeaba una larga trenza. Llegaban a donde unas figuras mas grandes les esperaban, la figura con cuernos se adelantó y pareció dialogar con una de las figuras mayores. El fuego crepitó un poco y como si esto alterase el escenario uno de las figuras mayores se adelantó tomando a la joven y llevándosela, una pequeña pelea se libró entre los presentes que fue interrumpida por el pasar de la mano del hechicero deshaciendo la escena. - Creo que no sería la mejor idea. - comentó con un poco de duda pero simplemente había llevado aquella ilusión a ese sorpresivo giro cuando una idea afloró en su cabeza... la perfecta venganza para lo que le acababa de hacer su hermano. Nunca se dejaba nada sin vengar y esta era la mejor oportunidad.

- Mis predicciones mostraron peleas, perdidas y conflictos, no creo que sea lo mejor para nosotros ni para la joven que nos acompañe... claro... si fuese Sif seguramente ella podría ayudarnos a pelear y no sería tomada con facilidad. - dijo volviendo a tantear la situación de su hermano respecto a su amiga una vez más. Valía la pena intentarlo y podía ganar mucho, por mientras su mente formaba la broma perfecta para su hermano.

Curioso el modo en que Loki parecía tan seguro de sí mismo ahora, tanto que ni la brisa llegaba a tocarle ni se erizaba su piel por el sutil frío. Thor se enderezó sin moverse más de su sitio, incluso cuando la tela sobre sus hombros resbaló de éstos, cayendo por su espalda hasta quedar olvidada en el suelo tras él. Estaba quieto, expectante a cualquier pequeño cambio en el fuego, mientras escudriñaba de a ratos los cambios en el mismo pelinegro; en momentos así parecía otro y él mostraba una sincera admiración por su hermano, pues la magia era algo que en definitiva no se le daba. Más allá de no tener un "talento" como el de Loki, tan nulas eran sus capacidades que los hechizos le eran como palabras comunes, y aunque repitiera y repitiera no ocasionaban nada a su alrededor. La magia le exasperaba seguido, ventaja insalvable de sus oponentes sobre él, mas no así cuando era solo un espectador de sus proezas, casos en que se permitía maravillar con facilidad.

En ese momento, Loki estaba sobre un escenario y Thor era su público. Tan pronto como comenzó a haber movimiento entre las llamas, el mayor de los hermanos cesó de frotar sus muslos y olvidó totalmente el frío para centrarse en el paisaje que le mostraba, con aquellas crepitantes figurillas haciendo tan específicos movimientos, masas densas de fuego quieto y a la vez móvil. La nevada de cenizas era un detalle nuevo para mirar con fascinación, toda una puesta en escena complementada por la voz de Loki como narrador, ahora más impetuosa que nunca. Torciendo el gesto al ver que la situación actuada en el brasero daba un giro para peor, Thor se recorrió el cabello húmedo con una mano y miró la totalidad de las figuras fundirse en una sola llama; el fin.

- Pues sí, se supone que no suceda así... - Masculló, encorvándose hasta apoyar los codos sobre sus propias rodillas, dando un breve suspiro. Parecía reconsiderar sus opciones; justamente había elegido a sus amistades por compartir sus ideales, al menos en cuanto a enmigos concernía. No había forma en que pudiese conseguir una afirmativa, aunque sí muchas probabilidades de llevarse una lanza a través del estómago por la pura cortesía de preguntar. - Sif estaría tan encantada de desposarse a un gigante de hielo como lo estaríamos tú y yo, Loki. Pero... - Negó con la cabeza. - Supongo que será la última opción. -

Cedía solo un tanto, sí, pues ciertamente podían haber desenlaces peores. Al menos podían salir impunes de la aventura y mantenerla discreta si le convencía, las dos mayores prioridades. Alzó la vista al Aesir de ojos verdes y se aclaró la garganta. - ¡Último intento! ¡Al menos serán dos opciones! - Pidió, evadiendo un tanto más la idea de Loki. - Prueba a ver qué sucederá si vamos sólo tú y yo. Confío en que habrá un modo en que consigamos al menos encontrar a Mjolnir. -

Maldijo para sus adentros a la segunda negación de su idea, no encontraba manera de apartar a su hermano de aquella mujer y no quería quedar demasiado en evidencia, por el momento quería seguir manteniéndose sutil. Más aún detestaba como su hermano la protegía, o al menos así era como Loki lo veía. Rascó su nariz mientras miraba la llama verde crepitar frente a él, necesitaba afinar sus ideas para terminar de trenzar su broma, su venganza. Sabía que Thro siempre encontraría la forma de recuperar el martillo pero... sí, sería lo mejor ganar tiempo, darle una solución rápida y lo que él quería ver para poder llevar a cabo con confianza lo que tenía planeado.

Volvió a separar un poco sus piernas tomando la exagerada pose con sus manos sobre el fuego y girando su báculo volvió a dibujar aquel paisaje nevado. [colro=green]- El frío es inminente en el lugar, ambos iremos solos a Jötunheim. Siento... siento que... las llamas me dicen que si vamos solos entraremos en confianza y paz con el gigante... -[/color] Esta vez fueron dos las figuras que avanzaban pero sin cascos o nada parecidos, estaban cubiertos por capas al parecer, diminutas las figuras se acercaron a una especie de cueva o silueta oscura donde salió una figura mayor. Tras un intercambio de palabras con una figura de las pequeñas ambos entraron a la silueta que parecía ser alguna clase de hogar. - En el interior festejaremos, siento que me dicen que... será una fiesta grande que se desencadenará en una pelea. - movió ligeramente sus dedos y de la silueta del hogar salió despedido por los aires una silueta grande mientras las dos pequeñas salían a pie, una de ellas con el martillo en su mano. - La victoria está de nuestro lado. -finalizó y con un golpecito de su báculo contra el brasero las llamas volvieron sorpresivamente a ser naranjo y amarillo. El pelinegro se apartó unos pasos para alejarse del calor algo incómodo al estar tan cerca.

Miró a su hermano con una sonrisa amplia, como si hubiese visto la respuesta a todas las preguntas y a un punto así lo era, aunque fuese una mentira - Thor, eres un genio. Sabías que solos triunfaríamos, así lo dijo el destino y así será. - dije acercándose con felicidad y sentándose a su lado de piernas cruzadas para secarse al calor del fuego. Volvió a peinarse hacia atrás con cuidado con sus dedos antes que un sirviente se acercase por su espalda y con cuidado comenzase a peinarlo al igual que una joven se acercaba a hacer lo mismo con el rubio. El pelinegro se dejó atender cerrando sus ojos con calma aún con la sonrisa sobre sus labios - Y estoy comenzando a tener una idea de un plan que no tiene falla, lo sé por las llamas que este es el plan triunfador. -

Los sirvientes ya miraban de reojo la curiosa pantomima que parecían traer entre sí los hermanos, en la cual Thor parecía particularmente inmerso. Era más que obvio que Loki no pretendía darle un simple espectáculo de marionetas, los más avispados reconocían silenciosamente que eran muy limitados los Aesir que conocían el futuro; Loki no estaba entre ellos. Debía ser un juego, aunque su hermano parecía no darse cuenta... se tomaba con la mayor seriedad el teatro del otro, mirando su juego de llamas como si fuese una especie de plano, la disposición de una estrategia de guerra. Dio una sonrisa satisfecha al ver la pieza que ya reconocía como el gigante salir expulsado, derribado su porte por la ventaja de las piezas asgardianas. Asintió para sí como si hubiese sabido aquello desde el principio, palmeando su rodilla sonoramente.

- ¡Está dicho! ¡Será simple! ¡Ha! -

Sus estrategias, por supuesto, eran todas aquella misma: entrar, pelear, salir. No era en lo absoluto sorprendente que le agradase ese plan de acción, era algo que él habría pensado hacer de todos modos. Contento, miró a su hermano cuando las llamas cambiaron de tonalidad; el naranjo ciertamente lucía más natural dentro de la habitación bañada de luz de ocaso, reflejándose de un modo más familiar que el verde brillante. Atribuyó el brillo particular en sus ojos a nada más que la emoción de la nueva campaña. Seguramente la ansiaría, pues no había podido llevarle con él en ninguna de las anteriores y hacía tiempo ya que no viajaban juntos.

Agasajándose en su posición superior dió un suspiro de complacencia y se dejó atender, recogiendo la toalla caída para secar distraídamente sus hombros y brazos, complicando con el movimiento la tarea de la sirvienta. Quizás ni siquiera lo notaba, pues no parecía importarle. Esperó a que trajesen su ropa para apartarles con un gesto de la mano e inclinarse hacia su hermano con susurros cómplices.

- No me tienta mucho la idea de festejar con gigantes de hielo, - dijo con sinceridad, sacudiendo levemente la cabeza. - No creo que haya algo en común que podamos festejar siquiera, ¿qué fiestas pueden tener monstruos como esos? Apenas contraen matrimonio, y dudo que sea muy festivo. Pero eh. - Se encogió de hombros y le miró con interés; faltaba aún un secreto más a revelarse. - Dímelo tú, hermano. ¿Cuál es ese plan? -

Mientras era atendido y una segunda sirviente esperaba a que el pelinegro se levantase para vestirle, solo abrió un ojo para espiar los movimientos del rubio que parecía no tener nada de consideración por la servidumbre, o al contrario, tan poca necesidad de esta que si no estaban sería lo mismo para él. Así mismo también le espiaba por la misma razón que se vengaba, por los malditos ataques sorpresa que se empeñaba en darle cada vez que bajaba un poco la guardia. Si bien se quejaba era un juego que le agradaba... una suerte de placer pecaminoso a su propia imagen. No le importaba que los sirvientes le escuchasen, ya tenía amenazado a buena parte de ellos y si alguno desaparecía su padre no parecía hacer demasiada investigación, siempre y cuando el número fuese tan bajo como para no influír directamente en el funcionamiento del cuerpo de sirvientes. Lo había comprobado de primera mano.

Volvió a cerrar sus ojos con un gesto de hastío cuando el gesto de su hermano despidió también a los sirvientes que le atendían dejando a su lado la ropa, si bien el gesto no era hacia ellos si no solo a los que atendían a Thor estos provecharon para escapar de la cercanía del pelinegro hastiados de su actitud y las bromas pesadas que solía jugares cuando se aburría. El susurro de su hermano le hizo volver a abrir los ojos mientras se secaba con la tela y se colocaba los pantalones y la prenda superior de tono verde seco. - Pues festejaremos su matrimonio por que tengo el plan perfecto. Les ofreceremos una esposa, necesitamos esa carnada para poder ingresar. Sin el martillo no tienes posibilidades. Antes era uno ahora son varios. - dijo refiriéndose a su anterior aventura. Tiró de las cuerditas que cerraban el cuello de su prenda y las dejó colgando sin atarlas, enderezándose para quedar a la misma altura del rubio le apoyó un dedo entre sus pectorales - Tú, querido hermano, tendrás que controlar tu desprecio hacia esas ruines criaturas y entrar en contacto un poco más con tus dotes actorales por que los necesitaremos para esta aventura. - el tono de Loki era animado y armaba sus palabras y discurso para arrastrar más a Thora a sus planes, generando un terreno ameno para que aceptase sin reproches su plan.

Mientras se colocaba las botas, el cinturón y las pequeñas partes de armadura liviana en sus antebrazos y la pechera en uno de sus pectorales le dio la espalda al rubio para estar más cerca del fuego y terminar de secar su cabello, por mientras siguió hablando - Puedo decírtelo con total certeza, hermano, esta es una aventura que podrás contar a tus hijos y tus nietos con gran orgullo ya que será única en su clase. El recuperar tu martillo burlando a estos monstruos de mente tan pequeña, superándolos no solo en poder y fuerza si no en inteligencia. - se acercó mientras hablaba ayudándole a vestirle, a colocarse su armadura y ajustar sus correas. - Incluso las doncellas estarán más que felices de escuchar estos relatos. Ni tu grupo de amigos aventureros que ensanchan y engordan sus aventuras a niveles inimaginables llegaran a ser siquiera sombra de los actos que tu lograrás. - tomó finalmente el casco alado de su hermano y lo colocó sobre sus cabellos húmedos y ligeramente ondulados en las partes más largas - Serás más grande de lo que alguna vez fue y es padre. Thor, hijo de Odín... no. Thor, príncipe de Asgard. - dijo sonriéndose satisfecho con el discurso que le había dado a su hermano a fin de inflar un poco su ego.

Así mismo como no notaba que le hacía las cosas tanto más complicadas a la servidumbre al no quedarse quieto y al no permitirles hacer su trabajo, pasaba por alto también los pequeños gestos de molestia de su hermano, quien resultaba más aún acomodado que él con ser atendido en todo lo posible. Aquella era una útil habilidad suya: la de centrar su atención en las partes que le agradan, ignorando, por ejemplo, el hastío con el que Loki se vestía a favor de llenar sus oídos con el discurso de futura grandeza que le daba. Sacudió otra vez la cabeza, salpicando las últimas gotitas de su cabello húmedo antes de dejarlo estar, desordenado y con algunos mechones apegándose a su rostro, casi totalmente lampiño en aquellas épocas. Como la vez anterior, le dio su completa atención, sus ojos azul eléctrico iluminándose ante el prospecto. Aún no tenían una novia que ofrecer, tampoco la tendrían luego y no sabía, al fin y al cabo, de qué dotes actorales le hablaba Loki, pero el desafío ya le tenía sonriente. Olvidada la aventura anterior, olvidado el retorno a casa; ya estaba volcado por completo a la nueva odisea, aceptada la propuesta incluso antes de ser pronunciada. Su mirada destellante y atenta dejaba aquello en claro.

Sin terminar de secarse apropiadamente se puso otra vez el pantalón, las botas y la túnica roja sin mangas, rota en los hombros de ambos lados así como en el borde inferior y un tanto en el cuello. En algún momento había sido similar a la de Loki, aunque las mangas, aparentemente, no habían sobrevivido a sus estirones de crecimiento y la tela parecía haber visto días mejores, seguramente antes de que comenzase a pasar tanto tiempo fuera de casa. Consideró brevemente taclear otra vez al pelinegro al verle darle la espalda, mas resistió el impulso a sabiendas de que necesitaba ayuda con la armadura; apenas le tomó por la cintura, girándole con una sonrisa jovial mientras sujetaba las piezas individuales para que el pelinegro las ajustase.

- He visto ya que debe ser así, hermano. Ya está claro que debemos ser sólo nosotros, y en son de paz, incluso. - Se encogió de hombros, sonriendo al ser puesto el casco sobre su cabeza. Sin tener el de su hermano al alcance, optó en su lugar por tomar su propia capa y pasarla por los hombros ajenos; los colores contrastaban de un modo poco agradable a la vista, pero parecía abrigado. Bebiéndose cada palabra y henchido de orgullo cerró la capa alrededor de Loki y le palmeó ambos hombros afectuosamente. - Es lo que ha sido predicho, ¿no? Confío también en que tienes la razón, valdrá la pena cada esfuerzo, para las historias que se contarán... - Miró alrededor con gesto cómplice, antes de pasar un brazo por los hombros de Loki y empujarle levemente a caminar. - Ven. -

Llevándole fuera del cuarto de baño, apresuró el paso por pasillos para llevarle hacia su habitación, evadiendo cuanto podía los encuentros en el camino; tenía claro ya que no le convenía pasar por su padre sin tener el martillo y, para ello, lo mejor sería ser discretos con su presencia. Con que hubiese alguien que informase a Odin que Thor se encontraba a salvo y con vida bastaría. Llevaba a su hermano casi al trote al llegar a la habitación, abriendo sin demasiado esfuerzo las puertas gruesas, tres veces la altura de cualquiera de ellos, y cerrándolas luego con la misma facilidad, produciendo un eco en la amplia e iluminada habitación. Luego, como si olvidase algo, volvió a abrirlas apenas un resquicio, atrayendo con un gesto de la mano a una sirvienta en su camino por el pasillo para susurrarle algo antes de volver a cerrar. Enseguida se giró hacia su hermano y dijo con seguridad. - Entonces, ¿te presentaremos como doncella, Loki? - Su tono denotaba humor, había sumado, pues, las pistas que el otro le daba, y era esa la conclusión a la que había llegado.

Ambos jóvenes se estaban ayudando en sus tareas, solos en aquella habitación con solo el sonido de sus voces y el crepitar del fuego, el vacío les secundaba con un ligero eco de sus voces y movimientos. Con la armadura puesta y su capa sobre sus hombros se sentía presentable nuevamente... y limpio, sobretodo limpio. Dio un ligero vistazo a las ropas de su hermano y torció el gesto al verlas tan destrozadas, quemadas y gastadas, tenía ropas prácticamente iguales y ambos habían recibido esos ropajes al mismo tiempo. Era increíble como Thor tenía esa habilidad de, en siete lunas, hacer que esas prendas parecieren tener siete inviernos.

Sonrió complacido al sentir el peso de las manos de su hermano en sus hombros y salió del baño a su lado al ser empujado por los toscos tratos del mismo, tratos que ya estaba acostumbrado. Le siguió por el camino conocido con naturalidad, intentando cubrir la mala actuación de naturalidad de su hermano, ingresando a la habitación cuando la puerta fue abierta. Las paredes doradas y pisos cubierto de diseños celtas daban un aire digno de dioses a aquella habitación. Amplias aberturas en la pared daban al exterior, ahora cubiertas por largas tiras de tela dorada que se mecían suavemente con el viento. En el centro de la misma se veía una cómoda cama cubierta de cojines de varios colores terras y algunos verdes con una amplia alfombra de piel de pelo tupido y largo en el piso.

Loki se acercó a esta sentándose en la misma tomando de la mesa adyacente una bandeja con fruta jugando con las uvas de intenso color violeta y tan jugosas que al ser arrancadas del cabito una gruesa gota de jugo dulce se concentraba en la piel rota. Llevó solo una a sus labios mordiéndola por la mitad para evitar la semilla mientras esperaba que su hermano sacase sus propias conclusiones. Una sonrisa afloró de sus labios mientras su lengua los recorría de manera peligrosa como una serpiente olfateando el ambiente. - Seré la doncella que acompañe a la prometida, querido hermano. - dijo con una voz demasiado dulce y venenosa, ese perfecto matiz entre peligroso y placentero. Llevó el resto de la uva a su boca y la paseó un poco con su lengua hasta dejar de lado las semillas colocando en el borde de la fuente con delicadeza y algo de molestia. - Ya tienes edad de saber como es la ceremonia de una boda, querido hermano. Y si no la sabes, permiteme ilustrarte... bien padre en cualquier momento podría comenzar a exigirte una compañera y te será útil saberlo. - Su mirada bajó a la fuente de fruta y tomando un cuchillo corto de su cinturón, comenzó a pelar una fruta de tamaño medio de piel anaranjada e interior algo rosado que parecía tener una textura húmeda pero firme. - Cuando se entrega una doncella y tiene la aprobación de la familia del hombre, es decir de sus antecesores, se celebra un banquete donde se programan los detalles de la ceremonia como ser el lugar, la fecha, el lugar donde estarán juntos durante casi un ciclo lunar para que la mujer engendre descendencia. - Cortó un gajo de aquella fruta y lo llevó a sus labios comiendo la suave carne que se deshizo en su boca casi sin masticarla, tomándose un par de segundos para saborear su saliva, ahora dulce. - Luego de la cana se llevaría a cabo al boda, pero antes de eso se asegurarán que sea fértil... pues... ¿de que sirve una mujer si no puede darte buena descendencia? - alzó una ceja con una media sonrisa mirando a su hermano desde su posición recostado en la tupida alfombra llevando un segundo gajo a su boca esta vez comiendo más apresuradamente - Para asegurar fertilidad deben colocar un martillo sobre su regazo... cuanto mayor el poder del arma, mayor será la fertilidad de la fémina... un martillo... Tú martillo. -

Tomó una porción un poco mayor de fruta comiendo con más calma dejando varios segundos de silencio para que el rubio razonase lo que acababa de decir. Era obvio que el martillo quedaría en manos de la doncella que fuese ofrecida, pues quedaría sobre su regazo. Rodeado ambos de gigantes de hielo. Gigantes de hielo que no le permitirían salir caminando tranquilos con el martillo en la mano. Seguramente habría alguna clase de enfrentamiento para poder salir de aquel lugar. Solo dejó que el mayor uniese los cables, darle ese empujón para que fuese él el de la idea. Si no llegaba a razonarlo, ahí si tendría que completar el plan él mismo. Aunque ya lo tenía completamente trazado en su cabeza y simplemente estaba guiando a Thor a donde quería llegar.