Como quieras, te avisé [Valeska]

Que aburrimiento. La verdad es que estaba tumbado debajo de un árbol. Habia acampado allí por la noche y la hoguera aún estaba encendida. Tenia una pequeña llama en el centro, rodeada de las cenizas de las ramas de la noche y de las piedras que usé para que no saliera y se propagara un incendio. Tampoco habia que quemar todo lo que veia. La naturaleza estaba realmente bien, tenia algo que me calmaba por muy idiota que sonara. Era un buen lugar para acampar. Tenia comida y estuve genial tumbado en el árbol, durmiendo como un niño pequeño. Estuve ahi desde que empecé a dormir hasta ahora. Ya era de día y deberia levantarme e irme a otra parte, no se, a donde necesitaran una espada pero sinceramente me estaba aburriendo y mucho. Hacia tiempo que no encontraba nada de emoción.

Me levanté suspirando y empecé a guardar las cosas en la mochila que llevaba. Otra vez habia soñado con lo mismo. Mi padre. Él estaba en medio de todo; tan solo le podia ver sus ojos rojos. No me podia mover. Sentia como una fuerza me obligaba a quedar allí. Sin poder moverme lo más mínimo. Tan solo escuchaba sus palabras de decirme que me uniera a él y a su "sueño". Aún no tenia ni idea de cual era pero un pequeño brillo iluminó mi mente. Algo se traia entre manos y cada vez me resultaba más y más dificil salir de aquellas pesadillas. Como siguiera así no sabria que hacer. Suspiré de nuevo moviendo la cabeza, quitandome esos malditos pensamientos de la cabeza y cojiendo mis dos espadas.

Un ruido a mis espaldas, como el de una rama rota, hizo que me levantara girando en redondo y desenvainado una de las espadas preparandome para el ataque. Nada. Miré el bosque y los árboles y no habia nada. Tan solo se escuchaba el sonído del fuego arder, quemando la sartén de metal ( más o menos se parece a una sarten) cocinando mi desayuno. Un poco de conejo, patatas, y un huevo. Me estaba entrando el hambre con tan solo verlo.

El fuego seguia haciendo ruidos de madera quemandose y rompiendose, chisporreteando haciendo que saltaran chispas hacia los lados. El calor de la hoguera me calentaba la cara y a pesar de que los demonios nos gustaba el fuego a esta hora a mi no me gustaba tenerlo. Giré en redondo al ver como la persona que habia estado hacechandome salia de la protección que le daba los arbustos y se aceraba a mi.- Vaya... podías haber más ruido o no atacarme por la espalda.-Contesté con las espadas aún desenvainadas. Más valia prevenir que estar muerto. No me apetecia tener que ir ya al valhalla, soy demasiado joven.- ¿Quieres comer algo?- No habia porque ser un mal anfitrión. Y aunque los diera no iba a ser tan cabrón de violarla después de dejar que comiera.

La estuve mirando un buen rato. Había algo que me intranquilizaba. Y a la ves que me daba calma. Me resultaba conocida por así decirlo, como si fuera de mi familia pero estaba claro que no, era imposible que en todo el mundo acabara de conocer a alguien de mi familia, mortal o demoníaca.- ¿Puedo preguntarte como te llamas y de donde vienes?- Tenía más curiosidad. Con mucha, mucha mucha suerte, quizás pudiera darme algo de información. Nunca esta de más saber cosas nuevas ni las cosas que pasan en el mundo. A pesar de eso tan solo envainé tan solo una espada. La otra seguia en guardia ante ella. Esa chica y sus ojos rojos.