Una noche de ventisca {Libre}

por **Dhaeris** Lun Mayo 14, 2012 12:55 am

El viento movía mi cabello hacia un lado casi sin dejarme apenas ver lo que tenía delante. Necesitaba un lugar donde resguardarme de este fuerte viento acompañado de nieve y frio. Alce mi vista, cuando la alce el viento hizo que mi capucha se fuera hacia atrás encontrándome delante de mi aquella posada de la que otros muchos hablaban. El viento comenzaba a resoplar mucho más fuerte, incluso pensaba que si me dejaba llevar el viento se llevaría mi cuerpo lejos. Camine dando pasos firmes sobre la nieve del lugar hasta llegar a la puerta, enseguida pude notar en mi oscura piel la calidez del momento y tuve que entrecerrar mis ojos por las luces que allí había. Yo siempre me movía entre las sombras, entre la penumbra de la noche y en la posada habían muchas luces alumbrando todo. Baje mi mirada entrando y observando levemente el lugar, habían muchas razas distintas entre ellas enanos, gigantes y algunos elfos de la oscuridad que ligeramente me sonaban. Busque una mesa libre, justo había una apartada, en una esquina y donde no había demasiada luz, aquella era la perfecta para mí aunque también la única mesa vacía.

Cuando llegue a ella deshice el nudo de la capa que llevaba, dejando está a un lado y sentándome en la ruda silla de madera. En cuanto me senté una de las camareras vino hacia mí, con una sonrisa me ofreció para beber una cerveza. Asentí y agradecí con un leve movimiento de cabeza cuando la dejo sobre la mesa. Un vaso de barro lleno con aquella cerveza que rebosaba, con aquella espesa espuma que se quedaba en mi labio inferior cada vez que bebía pero ligeramente quitaba con mi lengua. Incluso dentro de la posada se podía escuchar el fuerte viento fuera y no tuve más que quedarme allí dentro y esperar que aquella ventisca acabara. Pese a la fuerte luz del momento se estaba bastante bien allí dentro, una lenta melodía sonaba de fondo haciendo el ambiente mas ameno.

por **Freyja** Vie Mayo 18, 2012 6:36 am

Estaba sentada serenamente en una mesa de la Posada, observando distraídamente a mi alrededor.
Fuera se oía perfectamente el viento que soplaba con fuerza, al igual que antes. Me pregunté si seguiría nevando o habría parado. La nieve era hermosa, pero fría y peligrosa.

Justamente el día en el que conseguía convencer a Frey para mezclarme entre otras razas, comenzaba aquella sorprendente nevada. De todas formas, en la Posada se encontraban las personas más pintorescas, así que al fin de al cabo, había conseguido lo que quería.

Entrecerré los ojos, pensando con una divertida sonrisa en el horror de mis hijos, los Elfos de la Luz, si se encontraran en mi situación; observando a una Elfa de la Oscuridad que acababa de entrar, sin duda para refugiarse de la ventisca. Se odiaban mutuamente, al parecer sin saber o sin querer recordar que, mucho tiempo atrás, habían sido hermanos.
Yo no les odiaba, no podía, pues eran mis hijos, pero su traición me dolía, y me causaba cierto rechazo.

A pesar de todo, aquella pequeña elfa no parecía llena de odio, como la mayoría de los suyos, así que, casi sin darme cuenta, me acerqué a su mesa.
No llevaba corona ni distinción alguna, así que, a no ser que ella hubiera oído hablar de mí o me hubiera visto antes, tan sólo le causaría el mismo rechazo que cualquier otro Elfo de la Luz... si supiera que era la mismísima reina...
-Buenas tardes, querida.-saludé suavemente, observándola con calma.

por **Dhaeris** Dom Mayo 20, 2012 11:38 pm

Una casi melodiosa voz me saco en ese momento de mis pensamientos. Gire mi rostro para poder ver de dónde provenía esa voz y pude ver que era de alguien que se acercó a mi mesa. Era una elfa de la luz. Los elfos éramos todos prácticamente iguales: orejas puntiagudas, con facciones finas… de físico claramente parecíamos igual, pero el color que ambos teníamos nos diferenciaba. Ellos eran claros como la luz de pieles casi destellantes cubriendo todo su rostro, nosotros sin embargo éramos oscuros como la noche y para mi gusto más bellos que ellos. Nuestras razas pese a ser las mismas eran enemigas y yo no me fiaba demasiado de aquellos elfos de apariencia angelical. Instintivamente me tense un poco, agarrando mi vaso con algo más de fuerza y entrecerrando los ojos. Era la primera vez que elfo de la luz me hablaba, mejor dicho, que lo tenía tan cerca de mí y sin ningún arma entre nosotros.-Hola...-Dije arrastrando algo mis palabras y en un tono más bien bajo. Desvié mi mirada de los ojos de aquella mujer, pensando que podía haberle hecho caminar hacia mí y hablarme con aquella calma en su ser, pues no todos hubieran hecho lo mismo. Lo que iba hacer ahora no estaba bien, pero mi mente era curiosa.-Esa silla esta vacía…-Dije señalando hacia la que había enfrente de mí en la misma mesa donde me encontraba.- … de esa forma podéis contarme que os ha hecho venir hasta mi mesa, no es demasiado común que alguien de nuestras razas conversen serenamente.

Seguramente si mi hermano pudiera verme ahora mismo su mirada serian como cuchillos clavándose en la piel de aquella elfa de la luz , pero él no estaba, así que podía probar a ver qué tal malos eran aquellos elfos como contaban. Aunque quizás mis pensamientos no eran los mismos de ella y esta quería algo de mí, de todas maneras siempre me mantenía alerta por si tramaba de alguna manera algo, espere de esa forma a que aceptar o rechazara mi invitación, para que de aquella manera saber por qué se había decidido a saludarme.

por **Freyja** Lun Mayo 21, 2012 4:45 am

Observé atentamente su reacción, cada pequeño gesto que se formaba en su oscuro rostro, cada suave movimiento que hacía. Estaba llena de curiosidad, pero no porque fuera una Elfa de la Oscuridad en sí, sino porque era distinta, lo que me causaba un gran placer; al menos habría algunos de los suyos no tan distintos de nosotros. Mis pobres hijos...

Ella pareció tensarse, y desvió la mirada, pero consiguió sorprenderme ofreciéndome asiento.
Realmente era distinta. Cualquier otro Elfo de la Oscuridad habría eximido un arma contra mí, como poco, así que un comportamiento así era asombroso.

Yo le sonreí suavemente, y no dudé un instante en sentarme frente a ella, con la parsimonia que me habían dado los siglos en el trono.
-Agradezco la invitación.-comenté con dulzura.- Y si es así, es porque ellos le desean; yo, como comprobarás, no tengo inconveniencia en conversar contigo. Tiempo hace que nos consideramos razas diferentes; preferimos ignorar que somos todos hermanos.-una sombra de tristeza pasó por mi mirada; tal vez mis palabras le resultaran incómodas o molestas, pero dudaba que le fueran desconocidas.-. Así que quisieras saber qué me ha impulsado a hablar con una Elfa de la Oscuridad... Te lo diré, si tú me dices a cambio la razón de que aún no me has amenazado con ningún arma.-sonreí con diversión.- Es un trato justo, ¿no crees?

por **Dhaeris** Lun Mayo 21, 2012 6:12 am

Aquella elfa transmitía tranquilidad y dulzura. Acepto sentarse conmigo si yo le contaba por qué ahora mismo no la estaba amenazando con ningún arma. Quizás si nos hubiéramos encontrado en otras circunstancias la situación seria muy diferente. Asentí ligeramente con la cabeza aprobando de aquella manera su propuesta de contarle el por qué no la estaba amenazando. Me acomode en la silla que estaba llevando mis dos manos hacia el vaso y respirando hondo, para relajarme ligeramente.-Si ,es justo.-Añadí mientras le daba tiempo a que aquella destellante elfa se sentara. Nunca había estado tan cerca de un elfo de la luz, su piel era como una luz que no paraba de destellar incluso si me quedaba demasiado tiempo mirándola debía de entrecerrar mis ojos porque hacía daño a mi vista tanta luz.

Le di un largo trago a la cerveza, no tomaba demasiada cerveza nunca pero su sabor si me gustaba y el regusto que esta dejaba en mi boca después era delicioso. Mire de nuevo a los ojos a la elfa para poder explicarle el porqué de mi tregua en aquel momento, por así llamarlo.-Pues no es más que mera curiosidad.-mis palabras sonaron sinceras y un pequeño encogimiento de hombros lo acompañaron.-Aparte de ello, si no me equivoco, en este lugar están prohibidas las peleas y no creo que dos damas deban pelear, solo vine a buscar un cobijo y poder resguardarme de la fuerte tormenta que hay fuera de esta posada.-incluso con aquellas palabras tampoco había contestado a su pregunta, por lo que después de otro trago de mi vaso medio vacío le conteste.- No soy una elfa guerrera, no lucho por placer , no amenazo a nadie con armas si no son ellos los que antes lo hagan, quizás si nos hubiéramos encontrado en esa situación yo hubiera reaccionado de otra manera distinta pero el destino ha querido que sea esta la manera.-Yo creía mucho en el destino y si quizás él había querido que aquella elfa de la luz me hablara era por algo.

por **Freyja** Mar Mayo 22, 2012 7:43 am

Mi mirada seguía clavada en su rostro. Mientras esperaba su respuesta, aprovechaba el tiempo admirando su típica belleza élfica, y sacando diferencias entre ellos y nosotros. Ya me había dedicado a aquellas actividades antes, en las oportunidades que se me habían presentado, aunque nunca con una elfa tan pacífica. Realmente, no era por curiosidad, pues no era la primera vez que me encontraba con una de los suyos, sino por interés respecto al sino de los que habían sido mis hijos.

Sus palabras me devolvieron a la realidad, y la observé con impasibilidad.
Sus argumentos eran perfectamente válidos, pero no resolvían con exactitud mi pregunta, si bien ella se encargó de subsanar el error poco después.
De todas formas, sondeé su alma para asegurarme, y sonreí complacida ante lo que encontré.
-Eres una joya entre los tuyos, querida.-dije con voz suave.- Pocos hay como tú, que una vez superados los temores iniciales, serían bien recibidos entre los Elfos de la Luz. Aunque supongo que eso no es de tu agrado.-sonreí benévolamente.- Ahora es mi turno de cumplir mi parte del trato. Dado que tenemos tiempo hasta que amaine la tormenta, me permitiré explayarme un poco más... ¿Has oído alguna vez viejas historias que cuentan que, tiempo atrás, los Elfos de la Luz y de la Oscuridad fueron hermanos?-comencé con calma.- Son historias que a menudo son sepultadas en la memoria, que no se quieren creer; pero son ciertas. Los Elfos de la Oscuridad cometieron... no digamos una traición, sino un error, al menos desde nuestro punto de vista... que los separó definitivamente de nosotros.-la observé con una dulce sonrisa.- Se podría decir que yo no puedo guardaros rencor, así que sentía la necesidad de "volver a conectar" con alguien de los que también considero "de los míos".

Intentaba no dar ninguna pista sobre mi identidad, pero en algún momento ella tendría que averiguarla... Al fin de al cabo, yo deseaba saber su nombre, pero ella pediría a cambio el mío, y entonces... quién sabe lo que ocurriría...

por **Dhaeris** Mar Mayo 22, 2012 9:28 am

El vaso que tenía sujeto con ambas manos ya estaba por completo vacío, pero apenas me dio tiempo para abrir la boca y una de las camareras nos trajo para ambas de nuevo otro vaso, con un leve gesto se lo agradecí. Seguí con la mirada a la elfa , abrí mis ojos más pues aquel comentario me sorprendió bastante. Todo aquel que me conocía siempre me decía que era diferente, que no me parecía a aquellos de mi misma raza, por eso que ella me dijera aquellas palabras sin apenas conocerme me sorprendió.
La deje que siguiera ya que era el momento de que ella me contara porque había decidido el venir y saludarme. Comenzó contando primero la historia que siempre cuentan muchos, utilizo bastante bien sus palabras pues en vez de traición corrigió diciendo que fue un error lo que los elfos de la oscuridad hicieron. Siempre me habían contado esas historias, cada uno claro está con su versión pero siempre favoreciendo a los elfos de la oscuridad, básicamente porque eran con ellos con los que yo más fraternizaba.

Por un lado al parecer aquella elfa estaba tan curiosa como yo por hablar con alguien de la raza contraria .-Entiendo vuestro punto de vista.-Agregue mientras que con uno de mis dedos dibujaba líneas sobre la mesa, pensando en sus palabras y luego de nuevo alce la mirada hacia sus ojos que parecían dos luces en la penumbra de aquella esquina de la posada.-Yo nací de dos elfos de la oscuridad, no sé si por suerte o desgracia no he vivido aquel error pero de lo que si estoy segura que no me imaginaria la vida habiendo vivido con los elfos de la luz.-Concluí mis sinceras palabras con una media sonrisa, estando orgullosa de mi raza pero tampoco menospreciando a la suya y hablando en todo momento con el mismo respeto que ella me tenía en ese momento. Pero en ese momento caí en la cuenta de mi descortesía, ni había preguntado su nombre ni yo misma me había presentado.-Disculpa mis modales, ha sido tanta la sorpresa de que me hablaras que olvide por completo el presentarme.-Agregue llevando hacia un hombro mi cabello y acomodándome en aquella silla.-Mi nombre es Dhaeris.-Con una leve sonrisa me presente, esperando que ella hiciera lo mismo, ya que habíamos decidido mantener aquella conversación.

por **Freyja** Vie Mayo 25, 2012 7:10 am

Levanté un instante la mirada, observando a la camarera que nos acababa de traer nuevos vasos. Se lo agradecí con una sonrisa; era una mujer solícita, y acostumbraba a adelantarse a los deseos de sus clientes; no acostumbraba a beber, pero darle algún trago a una cerveza de vez en cuando no me mataría.
Volví de nuevo a observar a la elfa frente a mí, y sonreí delicadamente, pensativa.
-Supongo que es mejor así.-acepté con una leve sonrisa.

Mi sonrisa se esfumó cuando ella se presentó. Obviamente esperaba que le dijera mi nombre, pero si lo hacía, por muy aislada que viviera de la civilización, sabría al instante quién era.
No estaba disgustada por ello, más bien sentía curiosidad por su reacción, pero hubiera preferido permanecer como una desconocida algo extravagante.

Tomé un trago de cerveza con calma, y alisé mi vestido con la intención de disfrutar lo más posible de su amabilidad, aunque fuera silenciosa, pues era bastante posible que pronto ya no le agradara.
-No te preocupes, querida, yo tampoco lo he hecho.-la disculpé con una sonrisa dulce.- Encantada, Dhaeris. Mi nombre es Freyja.

por **Dhaeris** Lun Mayo 28, 2012 5:42 am

Todavía se podía escuchar la tormenta fuera, mi estancia en aquella posada iba a ser más larga de lo que había previsto al entrar. Después de haberme presentado hice un gesto a una de las camareras, pues tenía algo de hambre y quería comer algo. La atenta camarera enseguida vino a nuestro lado diciéndome una leve lista de las cosas que tenían hoy cocinadas. Divise mi vista a los platos ajenos y pude ver suculentas carnes encima, guarnición como para cinco personas donde solamente estaba uno , en este sitio estaba claro que no pasaría hambre. Mire de nuevo a la camarera que esperaba mi decisión delante de mí y asentí con la cabeza.-Algo de pollo y un poco de pan estarían bien, Gracias.- Mire a la otra elfa que estaba frente a mí, quizás ella tenía también hambre pero no iba a pedir por ella. La camarera se fue enseguida para traerme lo que había pedido pero pude fijarme en la cara extrañada de mi acompañante. Su cara transmitía una mezcla de asombro y como un leve enfado, pero no sabía que podía haberle hecho cambiar tan drásticamente su rostro, quizás que no le haya pedido nada para comer, iba a preguntarle pero ella hablo primero.

Cuando me dijo su nombre supe entonces por qué su rostro había cambiado tan pronto. Estaba justo pegando un trago a la cerveza que nos habían servido antes y tuve que toser un par de veces tapando mi boca por que no creía que aquello me estuviera pasando a mí, estaba sentada en una posada teniendo frente a mí a Freyja. Su voz sonaba una y otra vez en mi cabeza repitiendo su nombre sin cesar y es que todavía no daba crédito a que ella se sentara con un elfo de la oscuridad a charlar o a saber de él. La mire ahora yo con un gesto de extrañeza, pues sus palabras ahora tenían lógica. Quizás un elfo de la luz se hubiera inclinado, arrodillado o mostrado con algún gesto su lealtad, pero ya que yo no era de su raza no lo haría.-Ahora concuerdan muchas de sus anteriores palabras… jamás pensé que alguien asi frecuentara estos lugares, es demasiado descarado por mi parte preguntar ¿qué hace tan sola?.-Era alguien importante pero de todas maneras la trataba igual que habíamos empezado la conversación aunque estaba mas tensa que al principio.

por **Freyja** Jue Mayo 31, 2012 4:08 am

No pude evitar sonreír levemente, divertida, al observar su evidente asombro, y por simple instinto maternal me preocupé cuando comenzó a toser bruscamente.
-¿Te encuentras bien, querida?-inquirí, inclinándome ligeramente hacia delante para observarla con atención.

Parecía haberse calmado, aunque también estaba más distante, más tensa, y de nuevo, allí estaba, aquel respeto que tanto me entristecía. Que mis propios hijos me trataran así no me parecía bueno; no me hacía sentir como una madre, sino como una reina, que si bien, por otra parte, también lo era, no me parecía que fuera lo más importante.

Le sonreí delicadamente, pensativa, y sacudí la cabeza:
-Oh, no te preocupes, Dhaeris, tu pregunta no me molesta y tienes todo el derecho a hacerla. Supongo que imaginabas que tendría que ir con un séquito a todas partes, ¿no es así? Lo cierto es que Frey no deseaba que viniera sola, pero de vez en cuando puedo convencerle para concederme algún inocente capricho, tal como este.-sonreí suavemente.- Me agrada mezclarme con mi pueblo, y por supuesto también con otras razas; a veces es apetecible venir aquí, donde no siempre me reconocen, y disfrutar de la compañía de otras personas que no se sientan obligadas a hacer reverencias a mi paso.-le guiñé un ojo con diversión.- Volar es encantador, pero no puedo hacerlo muy de seguido, pues también es cansado.-la observé un instante pacientemente, y suspiré.- Ah, y querida, no es necesario que me trates de forma distinta, por nimia que sea la diferencia; me gusta considerarme cercana a mi pueblo.

por **Dhaeris** Lun Jun 04, 2012 7:20 am

Asentí ligeramente con la cabeza cuando ella me pregunto si estaba bien. Estaba perfectamente pero de algún modo me había quedado tensa por estar en su presencia, no todos los días podía toparme con un elfo de la luz y mucho menos con alguien como ella. Escuche tras darle un trago a mi bebida lo que decía sobre el por qué estaba aquí, en ese momento la camarera trajo un plato de lo que había pedido antes. Un plato de cerámica portando pollo, patatas y varios trozos de pan puestos alrededor de este, solamente oliendo aquella comida la boca se me hacía agua pero seguía con el tema de Freyja en mi cabeza una y otra vez. Me acomode en mi asiento, arrastrando mi silla unos centímetros hacia la mesa para poder comer mejor y escuche cuando dijo que la tratara de igual manera.-Quizás si os imaginaba con escolta, pero jamás por estos lugares frecuentados con tantas razas diferentes y no muchas amigas de la suya.-Ya para mí, según mi hermano, era peligroso venir a estos sitios sin su protección pues no podría imaginar cómo sería para alguien como ella venir sola a un lugar como este, rodeados de razas diferentes. Mire un poco a mi alrededor, viendo aquellas razas comer tan tranquilas y a mi parecía que se me había cerrado de pronto el estómago por la noticia.

No me di cuenta de que me había quedado algo parada después ya que me había quedado algo pensativa, pero reaccione y le acerque un poco el plato ofreciéndole algo de comida.-Es mucha comida para una sola persona.- No podía evitar estar algo tensa pero respiraba hondo intentando que aquello se fuera, pues ella misma me había dicho que la tratara de la misma manera que antes. Pero por mi cabeza seguía pasando la idea que de un momento a otro por aquella puerta aparecerían elfos de la luz para custodiarla o algo parecido.

por **Freyja** Jue Jun 14, 2012 5:35 am

Desvié un instante la vista, ligeramente sobresaltada por la camarera que se acababa de acercar con un plato lleno de comida, y al volver la mirada hacia la elfa frente a mí, no pude evitar sonreír, divertida, ante sus palabras.
-Bien, dejé la escolta al cuidado de Harald.-bromeé con una suave sonrisa.- La diversidad de razas de este lugar me resulta agradable, si bien es cierto que no todas me aprecian. De hecho, más de uno ha pretendido montar una pequeña batalla al descubrirme aquí, pero el posadero no permite desenfundar un arma por ninguna razón.

Mi encantadora acompañante seguía un poco tensa, a mi parecer, o al menos en estado de shock, pero no insistí en que me tratara con naturalidad, puesto que tal vez necesitara un tiempo para acostumbrarse.
Le dediqué una dulce sonrisa ante su proposición, y sacudí ligeramente la cabeza.
-Oh, no, pero te agradezco el ofrecimiento. Ya tengo una comida planeada para dentro de unas horas, y Frey se ofendería bastante si despreciara su comida.-le guiñé un ojo alegremente.- Come, come tranquila, y relájate, no se te vaya a cerrar el estómago.-sonreí con amabilidad.

por **Dhaeris** Lun Jun 18, 2012 11:09 pm

Cuando dijo que no todas las criaturas le apreciaban la verdad es que me incluí en aquel grupo, porque no me habían enseñado a querer aquellos de la luz si no a odiarlos y ella era de ellos. Éramos por naturaleza razas enemigas que se odiaban entre sí, por ello esta conversación me resultaba de lo más raro y seguro que las demás razas de la posada lo veía de la misma manera. Ella anteriormente me había explicado el porqué de acercarse a mí pero de igual manera me seguía resultando algo extraño. Le ofrecí mi comida de buena manera para que compartiéramos una cena pero ella rechazo de una manera que sinceramente no me gustó.
Sonreí sarcásticamente mientras que cogía de mi plato un trozo de pollo y lo llevaba a mi boca, después hice lo mismo con un trozo de pan mientras me tomaba mi tiempo para hablar, si no quería de mi cena no obtendría nada.
Al parecer tenía una cena con su esposo y no quería faltar a ella, pero conforme la hora que era parecía más una excusa para no coger nada de mi plato que para cenar. Porque parecía yo un mero experimento, seguro que había pensado ‘’ una elfa dela oscuridad, hablare con ella para ver cómo es ese bicho’’. -¿A qué hora se supone que cenan los elfos de la luz?.- Pregunte entrecerrando los ojos y dedicándole aquella mirada no demasiado contenta o más bien en ‘’alerta’’, lo que había empezado a ser una conversación tranquila se estaba tornando algo que parecía no terminar bien y ahora mismo me importaba poco quien era.

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