Quieres algo? (libre)

Maldita sea. Es la ultima vez que cruzo un mar andando. Bloques de hielo si pero no eran del todo resistentes. Al parecer mis pies se tenían que quedar en tierra o pasaria esto, un completo lavado de estómago. Habia cruzado del reino de Gautlandia, habia habido una batalla hacia poco y habia tomado parte en ella. Me pagaron bien pero el bando del que tomé parte fué derrotado. No pude hacer otra cosa que huir como otros muchos "soldados" de la guerra. A si era. Habia habido una guerra, no una simple batalla; una guerra contra varias criaturas y humanos. Demonios contra humanos. Menuda pelea hubo. Porque acabé yo ahi? Pues buscaba respuestas, respuestas de las dos familias que tenia. En fin ahora ya estaba lejos de aquel reino, por suerte tan solo participé en la última batalla, y no era la principal de todas. Aunque matar a la persona equivocada trae consecuencias estes donde esteas.

Gracias a los dioses, a pesar de que me dan igual, que llegué al puerto. Un minuto más ahi y acabaria congelado como un cubito de hielo. Al tocar tierra me arrodillé en la piedra.- Gracias que paramos de una vez, gracias!!!.- Me levanté y observé el puerto. A simple vista era normal. De madera y piedra, el cual desembocaba en mar abierto. Los barcos, habia un montón de ellos atracados, algunos eran simples marineros, otros pescadores, y los demás combatientes. La putada es que con un mar congelado era tan estupido que no se porque los tenian aún. Al parecer por aqui tendria diversión y trabajo, todo en uno. Algo de suerte he de tener para variar.- Bien vamos alla, haber donde acabo esta vez amigo.- Pensé en alto dirijiendome a la ciudad. En unos pasos ya habia salido del puerto y estaba enfrente de las primeras casas. Las paredes estaban hechas de piedras irregularres pero eran fuertes para resistir golpes bruscos y potentes; el tejado echo de madera y paja para la lluvia y las nevadas, asi se conseguian que estas se resbalaran hasta el suelo, o en caso de la nevada dejaban un techo muy bonito en esta época del año; y las ventanas iguales, de madera.

Andé por las calles las cuales estaban repletas de gente, algunas más que otras, sobretodo las principales pero los callejones se veian más vacios. La gente parecia estar medio atontada, al menos una parte. No se que diablos hacian pero tan solo le faltaban ser más idiotas. Aunque no me sorprendía. Habia escuchado rumores, como casi toda Midgard sobre ataques a estas tierras. A que estamos esperando? A una invitación escrita? Esto llamaba a gritos a mercenarios a pelear, pero claro, todo depende de el bando en el que te pongas .- Me aburro. Eh oye- pare a una persona y le hice dos preguntas.- Donde esta el castillo del rey ese y ahi una taberna?- Luchar estaba claro pero beber también; eso era sagrado. En fin el hombre me indicó bien y en poco llegué a una taberna bastante peculiar. Entré en ella y suspiré al ver casi todas las mesas ocupadas por hombres, joder que mala suerte, ni que no hubiera mujeres en el mundo, esto no puede pasar. Bueno a lo hecho pecho. Me acerqué a la barra y me senté en un taburete esperando que el tabernero viniera después de acabar de atender a los soldados. No queria más problemas; lo que me faltaba, más cazarrecompensas.

Las cosas se ponin mejor cada vez. Primero paseo por el glaciar, luego una visita al puerto y por sus calles, y ahora el tabernero que no venia. No si al final me iva a tener que enfadar y después tendria problemas de nuevo; esa clase de problemas que no gustan a nadie pero que a veces hay que hacer. En fin, peor no se podian poner las cosas.- Maldito tabernero de las narices, ven aqui antes de que tenga que ir a patearte a ti y a tu culo gordo acompañado de tu barriga.- Susurré para mi. El muy idiota se pavoneaba como si fuera un gallo o algo parecido, me estaba dando un asco, maldito estupido, debí haber escojido otra taberna.

Mientras pensaba en como rajar al tabernero, un hombre bastante extraño se sentó a mi lado, invitandome a una jarra de cerveza. Ya empezaba a caerme bien el abuelo Exacto un abuelo me habia invitado. Abuelo era quedarme corto, debía tener más de 5.000 años por su aspecto; tenia una gran barba blanca al igual que la melena de pelo que poseia, en si era increible, no se como pudo sentarse en la silla sin que reventaran sus huesos.- Gracias viejo, la pagas tu verdad?- comenté riendo.- Digame abuelo tiene nombre?- Ya que se habia ofrecido a pagar pues que menos que conocerlo, a saber quien era pero, no se, quizas solo fueran cosas mias pero sentia algo raro, no me gustaba mucho. Me traia algo extraño en el cuerpo. Una rara sensación. Mire de reojo mis espadas que tenia colgadas en mi espalda y me relajé un poco, aún asi no me fiaba del abuelo.

-Digame abuelo, cuantos años tiene? 2.000?- Poco menos la verdad, como decia, si llegara a entrar con un bastón me romperia de risa. Yo era asi ¿que le ivas a pedir? en fin el abuelo seguro que se escondia sus trucos bajo las mangas, como muchos a su edad. Tenia curiosidad que hacia un tipo como él por este antro la verdad. Pero se lo preguntaria más adelante, cuando nos conocieramos mejor. Además el viejo, vendria también por algo no? Quizas acabemos luchando el uno contra el otro, quien sabe, en todo caso, 5 min duraria. Y aunque adorara pelear, todo tenia un límite, pelear contra viejos no queria. Pero algo me decia, que era especial, tenia algo en sus ojos muy curioso.

Off: siento haber tardado tanto en responder al post, disculpa.

Atendía a las respuestas del anciano, viendo como en sus ojos se podia ver sabiduría, esa experiencia de muchos años. Se ofreció a pagar las bebidas, asi que proseguiria con las preguntas que tenia. Me resultaba algo curioso, y más aún que a su edad pidiera una pinta y no un té. Me fuí relajando ante sus preguntas pero se notaba desconfianza. No en él, si no en mi. NO me daba buena espina el anciano, el cual se presentó como Njördvald. Curioso nombre- Asi que Njördvald, vaya, es la primera vez que oigo un nombre parecido.- Comenté inocente, casi como si fuera algo sin importancia. Njördvald... no podia dejar de pensar en su nombre, tenia algo inquietante en el. Negué con la cabeza como si no tuviera importancia y volví a la conversación.

-Skarin, un placer conocerlo abuelo.- Por fin el tabernero se apresuró con las jarras y las dejo enfrente de nosotros, luego volvió a la conversación con los soldados de las mesas.- Pues si has venido a buscar buena compañia creo que te equivocaste, esos soldados son patanes, al igual que el tabernero; y de la taberna mejor no hablar.- Dije, me importaba muy poco que me oyeran los soldados o el tabernero, era la verdad. No todos los soldados son asi pero los que estaban aqui y ahora si. Bebi de mi jarra tranquilamente y miré a mi nuevo amigo.- Y dime no tienes ninguna pregunta para mi Njördvald?- Hasta ahora habia estado preguntando yo, ya era hora de que dijera algo.- Muy curioso tu nombre... un par de letras menos y pensaria que eras un dios, claro que seria imposible, no nos llevariamos muy bien- Dije riendo

No si viejo ya sabia que era y de sobra. Podia ser mi tatarabuelo sin problemas ninguno.- No si viejo eres, de eso no tengo ninguna duda, en mi opinón deberias tener unos 723 años... más o menos. Y no, no me ofende.- Dije con una sonrisa en mi rostro. Contento de que no hubiera gritado. Haber soy un semidemonio pero no tenia que matar a todo lo que veia, como pensaron unos matones hace algunos meses.- Siempre tengo confianza, es lo principal, y la esperanza porque nunca se pierde, siempre la ahi cuando las cosas son las más oscuras, en el momento más inevitable, aquel al que estas a punto de morir si no es tu hora ni mil armas pueden conseguirlo, pero tendras que hacer uso de la esperanza o si no no servirá de nada tu destino.- exclamé guiñando un ojo( sorprendido por el discurso que acaba de dar, casi ni me parecia que lo habia dicho yo) y palmenado su hombro con suavidad. Un poco de fuerza quizas hacia que le rompiera la mitad de los huesos; y no era plan de ver al bueno del anciano medio deforme. Como dije no habia que pasarse.

Después de un silencio el cual se me hizo eterno el viejo se acercó y comenzó a hablar casi liandome con sus palabras. Podia herblo dicho directamente en vez de dar las mil y una vueltas pero en fin, cada loco con su tema; o así era el dicho.- No te preocupes, guardaré tu secreto, y tu no tienes porque guardar el mio si no quieres, quizas así me ayudes y pueda descubrir de donde vengo, no se nada de mi pasado.- El también dijo algo realmente cierto. Y lo peore era que no sabia porque.- Pues ni idea, quizas simplemente te estea diciendo un montón de tonterias para que me pages mas cerveza.- bromeé un poco. Todo lo que le habia dicho era realmente cierto.- Cuentame, sé honesto conmigo. Malo será que acabaemos pelandonos ¿no? Y si, es curioso, a los dioses les gusta este humor, es divierte ver las cosas con mucho cinismo e ironia.- Si ahora mismo me dice que es Odín... quien me veria correr más rápido que mil hombres juntos y la mayor de las tempestades.